El equipo de Lionel Scaloni ganaba 2 a 0 con goles de Cristian Romero y Leandro Paredes, pero Luis Muriel, de penal, y Miguel Borja sellaron el 2 a 2 en Barranquilla.
Luego de lo que significó el empate con Chile en Santiago del Estero, Argentina se presentó en Barranquilla con la misión de dar otro paso hacia el Mundial de Qatar. La complejidad de Colombia llevó a que Lionel Scaloni realice varios cambios en relación a los once que jugaron ante La Roja, y la presencia de Gonzalo Montiel, Nicolás Otamendi, Marcos Acuña, Giovani Lo Celso y Nicolás González demostraron que el entrenador no había quedado conforme con la última producción albiceleste.
Las modificaciones dieron los resultados deseados. En menos de 7 minutos el bicampeón del mundo sacó una ventaja de dos goles que sirvieron para demostrar la agresividad con la que salió a jugar en el Metropolitano Roberto Meléndez.
El primer tanto llegó a través de la vía aérea. Un centro perfecto de Lionel Messi encontró la cabeza de Cristian Romero y el Cuti dejó sin posibilidades a David Ospina. Un grito que no conformó, dado que unos instantes después Marcos Acuña amenazó con una de sus proyecciones y ejecutó un violento remate que se fue a centímetros del ángulo superior izquierdo del arquero.
La tendencia continuó con las exquisitas triangulaciones que llevaron al segundo festejo criollo. La improvisación final de Leandro Paredes completó una maniobra colectiva que instaló la tranquilidad en el conjunto nacional. Con el prematuro 2 a 0, el escenario era ideal para la Argentina.
Las respuestas del dueño de casa se basaron en la velocidad de Juan Guillermo Cuadrado, pero la solvencia defensiva atentó contra los deseos locales. Mientras tanto, Scaloni le exigía a Lo Celso que intentara enfriar el ritmo para conformar más sociedades con Rodrigo De Paul y Lionel Messi. Además, Colombia buscaba una mayor presión en la salida visitante y los mejores recursos argentinos se amparaban en la potencia de Lautaro Martínez, quien exigió a Ospina con sus constantes intervenciones.
La desesperación de Reinaldo Rueda se percibió cuando reemplazó a Jefferson Lerma por Luis Muriel. Todavía no había transcurrido media hora y el estratega cafetero tuvo que cambiar sus planes por la notoria superioridad de su rival. Con mayor peso en el área, Colombia apostó por los envíos aéreos que en su mayoría fueron perfectamente desactivados por el Dibu Martínez.
Una dura infracción de Yerry Mina sobre la figura del Aston Villa obligó al ingreso de Agustín Marchesín en la valla albiceleste. Además de la preocupación que provocó el golpe que recibió el arquero, los fanáticos lamentaron su partida porque había demostrado una seguridad extraordinaria.
Antes del descanso el combinado cafetero apeló al juego brusco para imponer su presencia. En su deseo de intimidar a los intérpretes del Río de la Plata, los de Reinaldo Rueda se las ingeniaron para crear algunas situaciones que estuvieron cerca de terminar en el descuento. Pero el ataque no tenía calibrada la mira.
En la reanudación del pleito aparecieron Wilmar Barrios, Miguel Borja y Edwin Cardona para tener otros argumentos en la gestación ofensiva. Y apenas iniciado el complemento Nicolás Otamendi cometió una innecesaria falta dentro del área que Luis Muriel transformó en el descuento. La ejecución rasante y cruzada dejó sin chances al ex Lanús, y el grito del Sí se puede que bajaba de las tribunas alimentaba la esperanza colombiana.