Monseñor Mario Moronta se quejó de los anuncios hechos por Nicolás Maduro quien dijo que en Venezuela se distribuirá la vacuna cubana que aún se encuentran en fases de pruebas.
Monseñor Mario Moronta, obispo de la Diócesis de San Cristóbal, se pronunció contra la inexistencia de un verdadero plan de vacunación en Venezuela. Y exigió que se tomen las medidas necesarias para garantizar la inmunización de la población ante el coronavirus.
“Así como hay dinero para armas, para muchas otras cosas, que haya dinero en beneficio de la salud del pueblo”, expresó.
La máxima autoridad católica del estado Táchira, Instó a las autoridades a que busquen caminos que permitan a Venezuela acceder a las vacunas anticovid.
El prelado manifestó que el virus no distingue posición política ni religiosa y que ataca a todos los venezolanos por igual.
Además, calificó de “injusto e inmoral” que no haya un plan de vacunación para todos los venezolanos, según publicó el medio local, El Nacional.
LOS VENEZOLANOS NO SON CONEJILLOS DE INDIAS
El obispo indicó también que es una obligación moral que las autoridades políticas consigan las vacunas para toda la población venezolana, y recalcó que los venezolanos no son conejillos de indias para que se pruebe en ellos si una vacuna es efectiva.
Esto en referencia a los anuncios de Nicolás Maduro de que en Venezuela se distribuirán las vacunas cubanas que aún se encuentran en fases de pruebas.
“Hagamos el esfuerzo de traer las mejores vacunas”, exigió el obispo.
De igual forma, monseñor Moronta exhortó a la ciudadanía a reclamar su derecho a la vacunación.
“Nosotros estamos trabajando con la vacuna china, con la vacuna rusa y comienzan ahora en abril los experimentos en Venezuela de las dos vacunas cubanas, Soberana 2 y Abdala, con la idea de que en julio ya estemos vacunando masivamente con Abdala”, dijo Maduro.
“Y estamos buscando otras vacunas interesantes, seguras, comprobadas y aprobadas científicamente por las autoridades sanitarias de Venezuela como debe ser”, añadió el líder socialista.
El domingo pasado, Maduro anunció que Venezuela recibirá la primera semana de abril 60.000 dosis de los proyectos de vacunas cubanas Soberana 02 y Abdala, que el país usará para participar en la fase final de ensayos clínicos de los posibles inoculantes.
En otra alocución televisada, informó que 30.000 unidades de cada una de estas vacunas llegarán al país para ser aplicadas en la tercera y última fase de ensayos, tal como ocurrió con la rusa Sputnik V, que escogió a Venezuela como el primer país de América para sus estudios.
La decisión ha sido ampliamente criticada por organismos sanitarios venezolanos. Este mismo jueves, el Centro Nacional de Bioética de Venezuela (CENABI) advirtió sobre los “grandes riesgos” a los que se enfrentan quienes participen en las pruebas de las vacunas cubanas contra el coronavirus.
A través de un comunicado, indicó que respalda el pronunciamiento de la Academia Nacional de Medicina -emitido el 22 de marzo- en el que cuestionó “la aplicación experimental a nuestra población, de los dos ‘candidatos a vacuna’.
“La infraestructura tecnológica de ese país se encuentra actualmente obsoleta y no existe información confiable sobre los resultados de las fases de prueba 1 y 2, que demuestren la capacidad inmunogénica del producto. La fase 3 a la que se pretende incorporar a nuestro país, busca evaluar la eficacia y seguridad del producto y supone la administración de placebo (un sustituto inerte del ‘candidato a vacuna’) en cerca de la mitad de las personas incluidas en el estudio”, afirma el CENABI.
La entidad afirmó a su vez que “el repunte que está experimentando la enfermedad por COVID-19 en una población en emergencia humanitaria compleja, no da cabida a ensayos de productos que no cuentan con una sólida base científica, como ocurre con estos ‘candidatos a vacuna’, el carvativir, el dióxido de cloro y otros productos impuestos por autoridades gubernamentales”.
La Academia de Medicina, en tanto, indicó que “lo poco que se sabe” proviene del mismo régimen cubano y que la metodología usada es “antigua” y “no ha sido probada en el caso del COVID-19″.
La Soberana 02 y la Abdala, dijo Maduro, son las vacunas del “ALBA”, el grupo de países que creó el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y que es integrado por Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia y otros países americanos.