Racing perdió 2-1 ante Flamengo y puso en riesgo el liderazgo de su grupo en la Copa Libertadores

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El equipo de Fernando Gago jugó un buen partido en el Maracaná, pero el elenco brasileño hizo gala de sus recursos, golpeó en momentos clave y la definición de quién será el líder de la zona A quedará para la última fecha.


Racing Club cayó por 2 a 1 ante Flamengo en el Estadio Maracaná de Brasil por la fecha 5 del Grupo A de la Copa Libertadores y, si bien sostiene la cima de la zona, puede perder el sitial en la última jornada de la fase. La visita jugó un partido serio, por momentos maniató a su adversario y construyó las mejores chances para convertir. Pero el conjunto de Sampaoli, repleto de figuras, sacó a relucir su jerarquía para quedarse con la victoria. Wesley y Victor Hugo gritaron para el vencedor, mientras que Matías Rojas había igualado parcialmente para los de Avellaneda.

Ante un Fla que asumió la iniciativa, la Academia juntó las líneas y no presionó, optó por esperar, sin refugiarse en su área, pero sí cerrándole los caminos a su rival. Así, consiguió que el local moviera el balón, pero sin filo, con dificultade para romper líneas o filtrar el balón. Así, la visita casi no sufrió en la primera media hora gracias a su orden y a la falta de precisión de los orientados por Sampaoli.

Aún teniendo menos la pelota, Racing fue más incisivo. Cuando pudo progresar, con criterio, aplomo o velocidad, lastimó. Como a los 22 minutos, cuando Matías Rojas tomó un rebote en el borde del área y su zurdazo pasó cerca del arco del dueño de casa.

Pero, a los 36 minutos, se conjugaron un error de la Academia y las virtudes de Flamengo para firmar el 1-0. La mala ejecución de un córner derivó en una contra muy bien manejada por el conjunto brasileño, que desbordó por izquierda y terminó en la definición ajustada de Wesley.

Luego de los últimos minutos de la etapa inicial en la que la Academia acusó el impacto, salió al complemento con una postura aún más ambiciosa, con la idea de hacer justicia en el marcador, cuya apertura lleg´po desde la jugada preparada mal ejecutada. Pues bien, a los 3 minutos llegó la explosión para los fanáticos visitantes. En sus últimos partidos con el club (todo indica que se marchará al Corinthians), Matías Rojas volvió a demostrar su destreza.

Recibió el balón en el ángulo derecho del área grande local y sacó un zurdazo sutil, una caricia combada que superó a Matheus Cunha y se transformó en el 1-1.

El tanto le dio nuevo impulso a los dirigidos por Fernando Gago, que sufrieron poco y construyeron las mejores chances para anotar. Como el tiro desde afuera del área de Jonathan Gómez o el intento cruzado de Mura que rozó en un adversario y debió terminar en un córner, pero el juez dio saque de arco. No obstante, el poder de fuego de Flamengo es ineludible. Y lo comprobó el elenco argentino…

A siete minutos del epílogo, cuando parecía que el Fla no ubicaba caminos para vulnerar a sus rivales, Everton Soares se combinó en el borde del área con el chileno Pulgar, que se cayó cuando iba a recibir. El balón siguió camino y llegó a los botines de Victor Hugo, otro ingresado, quien definió con justeza para el 2-1.

Racing intentó volver a igualar, pero no lo logró. El resultado supo a excesivo para el Fla, que alcanzó la línea de los ocho puntos, dos menos que Racing, con una jornada por disputarse. El miércoles 28, si la Academia vence a Ñublense en el Cilindro, se garantizará la cima del Grupo y, de esa forma, avanzará a octavos de final con la ventaja de la localía para el cruce que dictamine el sorteo. Para perder la punta, tendría que empatar o perder, y que los cariocas superen a Aucas en el Maracaná. En caso de paridad de unidades, tallaría la diferencia de gol (hoy los de Avellaneda tienen + 3 contra + 2 del Mengao).

En la previa, tanto el plantel como los hinchas vivieron momentos difíciles. El micro de la delegación chocó camino al Maracaná, aunque no hubo heridos en el grupo. Sí los jugadores debieron aguardar el arribo de otro vehículo para llegar al escenario del partido. En tanto que los autobuses de los fanáticos sufrieron una lluvia de piedras y balazos, lo que provocó el terror de los que viajaron con la ilusión de ver un partido de fútbol.

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