Fuentes de la investigación informaron que Fernando Sabag Montiel tenía dos cajas con balas de 9 mm en su domicilio del partido de San Martín.
El hombre le reportó el dato a personal de la Comisaría 8° de la Bonaerense. Aseguró que nunca había tenido problemas con Sabag Montiel y que sabía que el acusado de matar a la vicepresidenta era -según su testimonio- propietario de tres taxis que trabajaban en Capital Federal. Incluso, el vecino aportó el número de teléfono del acusado.
Luego, se dio curso a la UFI N°2 de la zona, que reportó la información a la Justicia federal. Así, la jueza Capuchetti ordenó el allanamiento que continuaba al cierre de esta nota.
El 17 de marzo de 2021, según confirmaron fuentes policiales, un policía porteño de la Comisaría 15A relató cómo interceptó un Chevrolet Prisma negro en su recorrido, sin patente trasera y con los vidrios delanteros bajos. Allí se presentó Sabag Montiel, que dijo ser empleado de una empresa telefónica. Explicó que la patente le faltaba debido a un choque ocurrido días antes. Decidió abrir el auto. Al abrir una de las puertas, se cayó del vehículo un cuchillo de 35 centímetros de largo.
Así, se le labró un acta contravencional con intervención de la Fiscalía N°8 del fuero y se le secuestró el arma, un hombre con un cuchillo largo en su auto. La causa fue archivada poco después. La fiscalía afirmó que el caso “no revestía entidad”.
Hoy, “Tedi” espera su turno para enfrentar a la Justicia federal en una celda de la dependencia de la calle Cavia de la PFA. La Bersa .380 que gatilló en la cara de la vicepresidenta, en manos de la PFA también, será peritada. Se determinó en un primer momento que tenía cinco balas. Determinar también de manera científica su aptitud para el disparo será clave en la acusación.