Los vencimientos del lunes y el miércoles impactarán las reservas del Banco Central.
El Gobierno hará este lunes el tercer pago de intereses al Fondo Monetario Internacional, en la antesala de una nueva instancia de negociación con el equipo técnico del organismo, que se prevé para las próximas semanas. En el horizonte aparecen la posibilidad de reforzar las reservas del Banco Central con un desembolso de USD 5.400 millones, el primero del año.
La hoja de ruta de repago al FMI anticipa que este lunes el Poder Ejecutivo deberá girar a Washington poco más de USD 690 millones, una instancia de pago que continuará el miércoles 1° de febrero, cuando Economía deba devolver otros USD 710 millones más, un total de USD 1.400 millones. Será el tercer pago que haga el Gobierno al Fondo Monetario en lo que va del año.
Además, será el último giro de divisas al organismo antes de que se retome la discusión técnica con el staff del FMI, ante el que el equipo económico buscará dar por confirmado el cumplimiento de las metas del programa correspondiente a fines de diciembre, que el Gobierno da por descontado. Con los objetivos de acumulación de reservas, recorte del déficit y tope a la emisión monetaria aprobadas, el directorio del Fondo podría dar luz verde al primer desembolso del 2023, por USD 5.400 millones. Con ese dinero, el 22 de marzo la Casa Rosada debería repagar otros USD 2.700 millones de vencimientos.
Año particular
El 2023 será un año particular para el acuerdo con el Fondo en términos del flujo de ingresos y salidas de divisas. Así como el 2022 implicó para e gobierno recibir desembolsos más altos que los pagos a lo largo del año, lo que implicó un financiamiento neto, este 2023 ese diferencial será negativo en unos USD 3.400 millones de acuerdo a cálculos de la consultora Equilibra.
El programa con el Fondo Monetario preveía que a fin del año pasado las reservas netas deberían haber crecido USD 4.800 millones en comparación con diciembre del año anterior, que el déficit primario -que no incluye los intereses de deuda- debería haberse recortado desde 3,5% del PBI a 2,5 puntos, y que la emisión monetaria para asistir al Tesoro no podía exceder el 1% del Producto.
Por su parte, para este año, el Gobierno deberá reducir el déficit fiscal primario desde 2,4% del PBI con el que habría terminado 2022 hasta 1,9% del PBI, con un techo de emisión monetaria para asistir al Tesoro de 0,6% del PBI. Sobre este último punto, los primeros tres meses del año tendrán como techo para la financiación del déficit unos $139.000 millones, cerca de un sexto del tope nominal de todo el año, que es de $883.000 millones. También deberá acumular USD 550 millones y un límite de rojo primario de $441.000 millones.
Si bien la reunión técnica presencial con el FMI no tiene fecha -habrá contactos previos a distancia, entre Buenos Aires y Washington- aparecerá en el diálogo que se renovará en las próximas semanas el costo que tuvo para las cuentas públicas la guerra en Ucrania y de qué manera impactó en el desarrollo del acuerdo con el FMI.
Para el equipo económico el conflicto bélico impactó negativamente la balanza comercial por unos USD 4.940 millones, según la estimación que Massa le acercó a Georgieva, por la combinación de mayores precios internacionales de la energía (importada) y una compensación insuficiente de la suba en alimentos (exportados).
El equipo económico proyectó además que también hubo un impacto fiscal de la guerra, por un incremento forzado en la cuenta de subsidios que complicó el recorte del déficit primario. Al realizar un ejercicio similar al anterior, es decir calcular cómo hubiese terminado la cuenta de subvenciones en caso de que no hubiese existido el incremento de precios por el conflicto bélico, Economía concluyó que le representó $587.000 millones adicionales.