El gobierno apura la devaluación como lo pidió el FMI pero tiene límites para acelerarla

Economía

En las últimas ruedas, el tipo del cambio oficial incrementó su ascenso a un ritmo del 36% anual, frente al 22% de alza del dólar mayorista experimentada en 2021; el “techo” que le fija la tasa de interés.


Una inflación a la que le cuesta romper el piso del 50% anual trajo como efecto colateral un reciente aumento de las tasas de interés dispuestas por el Banco Central. Este movimiento empezó a encontrar correlación en las últimas ruedas cambiarias en una suba a mayor ritmo para el dólar oficial.

Según estimaciones privadas, el Banco Central empieza a darle un poco más de flexibilidad al ritmo devaluatorio suave o gradual puesto en práctica desde que se reforzó el “cepo” cambiario a fines de 2019, también llamado “crawling peg”.

Se trata de una devaluación progresiva y controlada de la moneda por el Banco Central, que a través de su participación cambiaria fija posturas de compra o venta que determinan los precios del dólar mayorista, en un mercado que, a su vez, requiere demanda autorizada.

Esta devaluación gradual da previsibilidad a los agentes financieros, que anticipan los movimientos esperados para el tipo de cambio oficial y también evita saltos bruscos o discretos del dólar, cuya cotización despierta tensiones en la economía cuando sube por encima de las expectativas.

Un informe de Portfolio Personal Inversiones apuntó que “en los últimos dos días de la semana pasada detectamos una fuerte aceleración en la tasa de devaluación o crawling peg, un movimiento que el mercado descontaba que ocurra luego de las elecciones generales de noviembre pero que el BCRA venía sorprendiendo por el gradualismo con el que venía ejecutándolo”.

Según este cálculo, el BCRA aceleró a partir del jueves 13 el movimiento del crawling peg a una Tasa Nominal Anual (TNA) de 35,8% y el viernes la subió levemente a 36,4% anual. Aunque esta tendencia devaluatoria todavía no corrige la brecha con la inflación, destaca que se trate de las tasas máximas de ascenso del dólar oficial desde el 46,8% el 25 de febrero pasado.

“Tomando la media móvil de cinco días, para suavizar movimientos puntuales de un día, la suba del tipo de cambio está viajando a una TNA de 29%, trepando a los máximos desde el 5 de marzo del año pasado (29,7%). Fue tan marcado el escalón que saltó el crawling peg desde el jueves, desde un ritmo de 22/24% a 35/36%, que parecería no haber lugar para una reversión de esta estrategia”, detallaron los expertos de Portfolio Personal.

No obstante, un ascenso del dólar oficial a un ritmo que comienza a acercarlo al de la inflación, para esquivar el efecto nocivo de un retraso del tipo de cambio real multiateral (que mide la competitividad de los productos de exportación de Argentina) encuentra un limitante en la tasa de interés.

Hay que recordar que el pasado jueves 6 de enero, el Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) anunció la puesta en marcha de un conjunto de medidas destinadas a reconfigurar los instrumentos de la política monetaria, entre los que se destaca un aumento de 2 puntos porcentuales en la tasa de interés de las Letras de Liquidez (Leliq), de 38% a 40% anual.

“Un comentario aparte merece la tasa de interés ante esta aceleración devaluatoria ejecutada por la autoridad monetaria. Los últimos dos días de la semana pasada, el crawling pegha comenzado a moverse a una tasa prácticamente igual a la BADLAR, desapareciendo la brecha entre ambas, a pesar de la reciente suba de 3 puntos porcentuales del 6 de enero. Que la tasa de devaluación iguale a la tasa de interés implica un serio riesgo para la dinámica cambiaria ya que los exportadores empezarían a perder los incentivos a liquidar, ya que están ‘sentados’ sobre un producto que devenga la misma tasa que pasándose a pesos. En paralelo, los importadores adelantarían compras, ya que no resulta conveniente quedarse en pesos”, explicaron desde Portfolio Personal.

En línea con la suba de la tasa de interés de política monetaria, a los efectos de propiciar su transmisión plena al retorno de las colocaciones a plazo en pesos, el BCRA resolvió además elevar los límites mínimos de las tasas de interés sobre los plazos fijos. Para personas humanas, el nuevo piso pasa a ser de esta forma del 39% anual para las imposiciones a 30 días, mientras que para el resto de los depositantes del sistema financiero la tasa mínima garantizada será de 37% anual.

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