El Matador ganó con un golazo de Cristian Zabala en la cancha de Banfield y volvió a la Liga Profesional tras dos años en el Ascenso.
Tigre le ganó 1-0 a Barracas Central y logró el ascenso a la Liga Profesional de Fútbol (LPF). La final se desarrolló en la cancha de Banfield y contó con simpatizantes de ambas parcialidades, con el ciento por ciento de aforo autorizado. Sin embargo, fueron los del Matador los que celebraron gracias al gol de Zabala, que los devolvió a la élite tras dos años en el Ascenso.
El Matador, ganador del Grupo A de la competencia, arrancó más metido en el campo rival y tuvo a sus delanteros Ijiel Protti y Pablo Magnín como sus mejores cartas, y al volante derecho Lucas Blondel, que desniveló por esa banda.
Barracas, líder de la Zona B, recién tuvo la primera al cumplirse el cuarto de hora luego de un tiro de esquina: uno de sus zagueros, Bruno Cabrera, remató y la pelota pasó cerca.
Luego el partido entró en una meseta y perdió la intensidad de los primeros minutos. Hubo intentos de ambos, pero con más ganas que claridad e ideas. Centros pasados o circuitos de toques que no llegaron a plasmarse fueron la foto pasados los veinte minutos.
Más tarde, Tigre volvió a tomar las riendas del encuentro y tuvo su chance con Cristian Zabala, que recibió en el área tras un tiro libre, pero le pegó exigido y desperdició la posibilidad.
Aunque a los 42 minutos llegó la apertura del marcador. Magnín presionó al arquero Maximiliano Gagliardo que salió mal, su tiro quedó corto y lo anticipó Zabala, que metió una diagonal y sacó un derechazo desde afuera del área para marcar un golazo.
En el inicio del complemento se siguió viendo la superioridad de Tigre sobre Barracas, aunque sin ser una tromba. Se notó un equipo más armado y con mayor experiencia para esta instancia decisiva. Con algunos toques el equipo de Victoria fue más simple en la generación de su juego, que tuvo a Sebastián Prediger como su pilar a la hora de recuperar la pelota. El Matador aguardó en su campo y salió de contra aprovechando la velocidad de sus delanteros.
Sin embargo, la continuidad del encuentro no ofreció muchas emociones, dado que la fricción y el juego cortado y con imprecisiones fueron los patrones en la noche de Banfield.
Tigre, sin apabullar a su rival, mostró la superioridad en sus individualidades. Fue una diferencia de jerarquía entre un equipo con algunos futbolistas que jugaron en Primera División hasta 2019 y que lograron la Copa de la Superliga en la final ante Boca Juniors, contra otro con varios jugadores nutridos y formados en el Ascenso.
Tigre se aferró a la mínima diferencia y no fue a buscar el segundo. En tanto que Barracas Central no tuvo ideas para poder conseguir la igualad. De esta forma el Matador de Victoria se quedó con el triunfo y el ansiado ascenso a la Primera División.