Por la segunda ola, el Gobierno ya gastó el 60% del presupuesto que tenía para ayudar a empresas

Economía

No hay “paquete Covid” en la Ley de Gastos y Recursos 2021, pero ante la necesidad de endurecer algunas restricciones, se usaron las partidas previstas para el programa Repro, pero deberán ser reforzadas.


Cuando diseñó el Presupuesto 2021, el equipo económico no imaginaba que la Argentina atravesaría la segunda ola con un bajísimo porcentaje de población vacunada. Por eso, desapareció de las proyecciones de gastos el “paquete Covid”, que había representado más de 3 puntos del PBI -la mitad del déficit fiscal primario- durante 2020. Pero la necesidad de imponer algunas restricciones luego de la mayor normalidad alcanzada durante el verano obligó al Gobierno a modificar su esquema presupuestario y ajustar partidas en pos de este objetivo. Y la gran pregunta es si podrá seguir apelando a reasignaciones de fondos para hacer frente a las necesidades o tendrá que incurrir en un mayor gasto, financiado por mayor emisión.

Por ahora, el gabinete económico no está pensando en medidas generales como fueron el ATP o el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) el año pasado, pero las restricciones a la circulación nocturna y de algunas actividades adoptadas durante este mes lo obligaron a incrementar la ayuda a los sectores que se vieron afectados. Se está realizando a través del Programa de Recuperación Productiva (Repro), que desde enero quedó como único esquema de salvataje a las empresas que tenga una contracción importante en su facturación.

Pero de continuar las restricciones, y con más sectores afectados, los fondos previstos en el Presupuesto para este programa se agotarán en el corto plazo. El Repro tenía un crédito presupuestario inicial de $ 1.214 millones, que fue ampliado a $ 23.412 millones a partir de una decisión administrativa que Jefatura de Gabinete emitió durante el verano. Pero en los primeros tres meses del año, el Gobierno ya lleva gastados $ 14.000 millones, casi el 60%, por lo que la partida deberá ser nuevamente engrosada en poco tiempo, si la ayuda a las empresas se sigue canalizando vía este programa del Ministerio de Trabajo.

En su informe del primer trimestre, la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que dirige Marcos Makón, precisó que los incrementos de gastos Covid fueron financiados con traspasos de partidas dentro de las cuales figura la reducción en amortización de la deuda. En términos generales, el crédito para todos los gastos Covid subió desde los $94.500 millones iniciales a $164.590 millones. Ese monto incluye el Repro, vacunas, hospitales modulares, el programa Previaje y el fondo de auxilio a operadores turísticos, entre otros. Por ahora, las mayores partidas surgieron del mismo presupuesto, pero el interrogante es qué ocurrirá hacia adelante, si la situación sanitaria amerita -como hoy ya está ocurriendo- medidas más duras.

“Hay que ver cómo viene; por ahora, están tratando de no aumentar el gasto”, dijo una fuente conocedora de la materia presupuestaria. Si bien es cierto que la subestimación de algunas variables, como la inflación, podrían jugarle a favor en cuanto a los ingresos, si el Gobierno restringe demasiado la actividad, la recaudación se verá afectada por esa vía, por lo que tampoco habría demasiados recursos adicionales para destinar a gastos Covid.

Consultado al respecto, el economista Ricardo Delgado, de la consultora Analytica, precisó que “no hay margen para recrear el gasto Covid del 2020 y así está planteado en el Presupuesto”. Tampoco cree que el Gobierno vaya a ir hacia un esquema de cierre total como ocurrió el año pasado porque no lo soportaría ni la economía ni la sociedad. Entonces, bajo un esquema de mayores restricciones, el analista planteó que “hay un relativo espacio para aumentar algo la asistencia al sector privado porque el país está recuperando algo de actividad económica, lo que generará más recaudación; la inflación también jugará a favor en este sentido, mientras que por el lado del gasto, tanto salarios como jubilaciones quedarán licuados porque subirán menos que el IPC”. Como expansivo, Delgado enumeró la obra pública y el capítulo tarifas, si suben menos de lo esperado y los subsidios crecen.

El déficit primario previsto en el Presupuesto asciende al 4,5% del PBI, que será financiado en su mayor parte por emisión monetaria y un tercio, por deuda local. Desde el entorno del ministro de Economía, Martín Guzmán, habían dejado trascender que el objetivo era tratar de conseguir más fondeo del mercado para que los adelantos transitorios del BCRA sean menores, pero para eso deberá tentar a los inversores con una mayor tasa, como ya ocurrió en la última licitación. “Tengo la impresión de que no va a ser necesario emitir más de lo presupuestado. Si se decide cerrar todo, ahí sí, pero no veo al Gobierno con esa idea hoy. Las autoridades son conscientes del costo que implica emitir muy por encima de la demanda de pesos”, remarcó Delgado.

El gabinete económico aún no definió nuevas restricciones -podría hacerlo a fines de la semana, ante el vencimiento del DNU el viernes-, por lo que tampoco adelantó nuevas ayudas. Sin embargo, una de las opciones, además de reforzar el Repro y que se sumen nuevas actividades al programa de asistencia, es que haya un nuevo pago de $ 15.000 a los sectores más desprotegidos, como son los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Asignación por Embarazo (AUE) y los monotributistas de las categorías A y B. La ANSeS recién está pagando esta ayuda por primera vez, que alcanzará a 903.000 familias, por lo que el costo fiscal asciende, por ahora, a $ 13.545 millones.

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