Estas dos resoluciones serán abordadas durante la reunión del Consejo de esta semana.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) prevén aprobar este lunes, reunidos en un Consejo en Bruselas, el inicio de la misión para adiestrar a militares ucranianos y también nuevas sanciones al régimen de Irán por la represión de las protestas pacíficas.
Los ministros comenzarán la jornada con un desayuno con la opositora bielorrusa Svetlana Tijanovskaya antes de abrir el Consejo con una discusión sobre la situación en Ucrania, para lo que invitarán a hablar por videoconferencia previamente a su titular de Exteriores, Dmitro Kuleba.
La UE mantiene tres líneas principales de actuación sobre este conflicto: dar apoyo a Ucrania, socavar los recursos de Rusia y tratar las consecuencias globales de la guerra, especialmente su impacto en la energía y los alimentos.
El Consejo de Exteriores espera dar luz verde al inicio de la ya acordada misión de formación de efectivos ucranianos, mientras que el asunto será abordado al día siguiente por los ministros de Defensa de la UE.
El objetivo es entrenar a unos 15.000 militares ucranianos en suelo de la UE, en países como Polonia.
El mandato de la misión durará inicialmente dos años y contará con un presupuesto de 106,7 millones de euros para costes comunes en ese período.
Además, la misión garantizará la coordinación con las actividades bilaterales de los Estados miembros en apoyo de Ucrania así como de otros socios internacionales afines y estará abierta a la participación de terceros Estados.
En un momento en que las tropas de Kiev avanzan en la recuperación de terreno tomado por los rusos, fuentes comunitarias destacaron que son los ucranianos quienes deben decidir sobre la posibilidad de decretar un alto el fuego, aunque reconocieron que “tarde o temprano” tendrá que haber conversaciones de paz para poner fin al conflicto.
Por su parte, el martes los ministros de Defensa de la UE tomarán el relevo y hablarán de superar las diferencias entre las capacidades de defensa con las que cuentan los Estados miembros y las realidades operativas a las que se enfrentan, especialmente en lo que se refiere al reabastecimiento de reservas de armas y municiones, mermadas por la ayuda que están prestando a Ucrania.
Se espera que Borrell aborde la urgencia de dotar de más recursos el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, un instrumento al margen del presupuesto de la UE con el que están sufragando una parte de las armas que envían a Ucrania, aunque no se esperan decisiones sobre ello hasta diciembre, según fuentes comunitarias.
Tendrán asimismo un almuerzo de trabajo con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y una videoconferencia con el titular ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov.
Antes del Consejo, los ministros participarán en una reunión de la junta directiva de la Agencia Europea de Defensa (EDA) y analizarán sus recomendaciones sobre gasto militar.
Durante el Consejo también se prevé que los ministros respalden el acuerdo político al que han llegado los embajadores de los Veintisiete para ampliar las sanciones a otra treintena de personas y entidades iraníes por la represión contra ciudadanos, a raíz de las protestas desatadas por el fallecimiento en custodia policial de la joven Masha Amini, arrestada por llevar mal el velo islámico.
En respuesta a la represión, la UE ya aprobó una primera ronda de sanciones a mediados de octubre contra once ciudadanos iraníes, entre ellos el jefe de la Policía de la Moral, Mohammad Rostami Cheshmeh Gachi, y cuatro empresas de ese país.
Además, la UE impuso sanciones recientemente contra Irán por haber comprobado que dio drones kamikaze a Rusia con los que Moscú está destruyendo infraestructura civil ucraniana y, según un alto funcionario comunitario, está dispuesta a adoptar más medidas restrictivas si se demuestra que Teherán le está suministrando también misiles balísticos.
Durante el Consejo se espera igualmente que los ministros intercambien opiniones sobre una actualización de la estrategia de 2013 sobre la región africana de los Grandes Lagos, un punto caliente geoestratégico que la UE ve con potencia para impulsar el desarrollo de todo el continente, pero que es también una zona de competencia entre países vecinos, bloques regionales y los actores geopolíticos.
Preocupa en Bruselas en especial la inestabilidad de la República Democrática del Congo, según fuentes diplomáticas, así como la presencia de mercenarios de la compañía rusa Wagner en la región.
Además, abordarán las relaciones con los países de los Balcanes Occidentales antes de la cumbre prevista con ellos el 6 de diciembre en Tirana.
La crisis del Líbano, la reciente cumbre del clima COP27 y la ministerial con los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños del pasado 27 de octubre coparán otros asuntos de actualidad en la agenda del Consejo.