Tras obtener los datos arrojados por la nave OSIRIS-REx, la NASA pudo determinar la probabilidad de un posible choque para el año 2300.
En 2019, se sembró un miedo generalizado en el planeta después de que varios medios de comunicación anunciaran como cierto lo que sería el supuesto impacto del asteroide 2007 FT3 el día 3 de octubre de ese año. Sin embargo, al llegar el día, no hubo tal impacto.
Hoy, casi dos años después, la NASA ha alertado a la población de la Tierra, nuevamente por el posible impacto de un asteroide con el planeta; ahora bien, lo cierto es que, según lo explicado por la Agencia Espacial estadounidense, aunque el asteroide sí podría estrellarse, son bajas las probabilidades de que esto ocurra y de hacerlo, sería dentro de casi 280 años.
El protagonista de esta nueva “alerta” espacial es el asteroide Bennu, el cual, aunque la NASA lo tilde de “potencialmente peligroso”, es la misma entidad la que asegura que esta denominación se realiza por simple protocolo, pues en realidad no hay mucho por qué temer con este cuerpo espacial.
De acuerdo con un informe publicado por la NASA, gracias a los datos recolectados por la nave espacial OSIRIS-REx se pudo “comprender mejor los movimientos del asteroide potencialmente peligroso Bennu hasta el año 2300”, logrando “reducir las incertidumbres relacionadas con su órbita futura y mejorar la capacidad de los científicos para determinar la probabilidad de impacto total y predecir las órbitas de otros asteroides”.
“Llevamos a cabo este esfuerzo a través de estudios astronómicos continuos que recopilan datos para descubrir objetos previamente desconocidos y refinar nuestros modelos orbitales para ellos. La misión OSIRIS-REx ha brindado una oportunidad extraordinaria para refinar y probar estos modelos, ayudándonos a predecir mejor dónde estará Bennu cuando se acerque a la Tierra dentro de más de un siglo”, explicó Kelly Fast, gerente de programa del Programa de Observación de Objetos Cercanos a la Tierra en la Sede de la NASA en Washington.
En primer lugar se determinó que Bennu tendrá un primer acercamiento a la Tierra en el año 2135, aunque este no representará un peligro latente para el planeta. Sin embargo, el hecho de que este asteroide se encuentre aún muy lejos para ese año, el dato de su punto exacto dentro del universo en ese momento es importante ya que ayudará a que los científicos puedan “comprender la trayectoria exacta de Bennu durante ese encuentro para predecir cómo la gravedad de la Tierra alterará la trayectoria del asteroide alrededor del Sol y afectará el peligro del impacto”.
Así, tras obtener los datos arrojados por OSIRIS-REx, la NASA, gracias a “la Red de Espacio Profundo de la NASA y modelos informáticos de última generación”, pudo determinar que para el año 2300 la probabilidad de que Bennu impacte con la Tierra es de aproximadamente 1 en 1750, es decir, un 0,057 % de probabilidades.
“Aunque las posibilidades de que golpee la Tierra son muy bajas, Bennu sigue siendo uno de los dos asteroides conocidos más peligrosos de nuestro sistema solar, junto con otro asteroide llamado 1950 DA”, indicó la NASA.
Ahora bien, Davide Farnocchia, portavoz del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (Cneos) de la NASA, salió a la defensa de la tranquilidad explicando que, aunque las probabilidades de que el asteroide se estrelle con la Tierra son más altas de lo que se había pensado, los nuevos resultados aún son muy bajos como para preocuparse por ellos.
“No estoy más preocupado por Bennu que antes (…) La probabilidad de impacto sigue siendo pequeña”, manifestó Farnocchia.
De esta forma, tanto la NASA como sus científicos, dan un parte de tranquilidad sobre Bennu, no solo para esta generación (que no tiene nada de qué preocuparse), sino también para las futuras generaciones que serán las que experimentarán la presencia del asteroide en el año 2300.