La marcha por las universidades suma adhesiones pero el Gobierno no cede a los reclamos de más presupuesto

Política

La movilización al Congreso y a la Plaza de Mayo tiene apoyo del kirchnerismo, la CGT, un sector de la UCR y la Coalición Cívica.


La comunidad educativa de la Universidad de Buenos Aires (UBA) prepara una movilización masiva banderazo para mañana en reclamo por la falta de presupuesto que afecta el funcionamiento de la casa de estudios más grande del país. La situación desató un conflicto con el Gobierno de Javier Milei, cuya confrontación se extendió a todas las universidades pública. Con ese marco previo como caldo de cultivo, los organizadores convocaron a marchar con banderas de Argentina, para evitar identificaciones partidarias, que iniciará en las sedes de las 13 facultades que tiene la Universidad y confluirán por la tarde en la Plaza de Mayo.

El contexto político y social llevó a que converjan distintos sectores en la movilización de mañana y le dio formato de Marcha Universitaria Federal. Se espera que participen no sólo el alumnado, docentes y no docentes de la UBA, sino también representantes de otras universidades nacionales públicas, pero sobre todo de la política y el sindicalismo.

La marcha adquirió otro cariz cuando se conoció que la Confederación General del Trabajo (CGT) y las dos CTA también adhirieron a la movilización de la UBA. Lo propio hicieron espacios políticos como la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica, el Frente de Izquierda y sectores del peronismo como el Frente Renovador.

Con ese respaldo heterogéneo, las universidades nacionales buscan aplicar presión sobre el Gobierno y torcerle el brazo al Jefe de Estado. Se trata, acaso, de otro frente de batalla que enfrenta Milei que aúna a múltiples sectores del espectro político e ideológico.

El Presidentemantiene una postura confrontativa con el sistema universitario y rechaza la movilización de la UBA. Son discusiones que se enmarcan dentro de la “batalla cultural” que ejecuta la Casa Rosada.

El alcance político de Marcha Federal Universitaria

La marcha de mañana fue convocada para las 15:30. El punto de encuentro es la plaza del Congreso Nacional, en la esquina de las avenidas Rivadavia y Callao. Está previsto que parta columnas desde las 13 facultades de la UBA con destino al centro porteño. Un lugar de alta concentración será la Plaza Houssay, donde coinciden las facultades de Economía, Medicina, Farmacia y Bioquímica; allí se sumará también la Facultad de Derecho.

Las diferentes columnas movilizarán hacia la Plaza de Mayo con la intención de confluir allí a las 17:30. El acto central comenzará a las 18. Habrá montado un escenario en la plaza con una bandera Argentina grande con la inscripción “En defensa de la universidad pública”, y donde se ubicarán las autoridades de la UBA, rectores de universidades nacionales, alumnos, representantes de docentes y no docentes.

Por estas horas, la UBA redacta un comunicado que elabora de forma consensuada con todas las facultades y otras universidades nacionales. Está previsto que el texto lo lea Lucille Daniela Levy, presidenta de la Federación Universitaria de Buenos Aires, que nuclea al movimiento estudiantil de la universidad.

Si bien el sindicalismo y una parte del sistema político movilizarán, desde la UBA pidieron que sea bajo consignas vinculadas a la defensa de la educación pública y con banderas de Argentina. Es un modo de darle homogeneidad al reclamo y evitar una partidización que le de caldo de cultivo a la crítica del Gobierno.

La discusión presupuestaria

En este contexto, el Gobierno anunció el jueves una “propuesta consensuada con el Consejo Interuniversitario Nacional” respecto a la situación presupuestaria de las universidades públicas. La decisión del ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, que tiene bajo su órbita a la Secretaría de Educación de Carlos Torrondell, dispuso un aumento del 70% en marzo llevando la asignación por gastos de funcionamiento a $10.075.851.995 mensuales para las Universidades Nacionales.

En tanto que anunció otro 70% en mayo, alcanzando los $14.224.732.213 mensuales, totalizando un 140% de aumento sobre la asignación base de $5.926.971.777 mensuales. Además, la medida asignó una partida extraordinaria para necesidades de los hospitales universitarios por una suma de $14.403.479.661. Desde la UBA salieron a desmentir el acuerdo y señalaron que la medida era “insuficiente”.

La Casa Rosada también anticipó que avanzará en un programa de auditoría conjunta de las universidades nacionales para perfeccionar el sistema actual. Y convocó a una reunión para el 30 de abril. Fuentes de la Secretaría de Educación deslizaron ante este medio que se haráen la Subsecretaría de Políticas Universitarias, a cargo de Alejandro Fernández,en el Palacio Sarmiento. Participarán representantes del Comité Ejecutivo del Consejo Universitario Nacional. Según supo Infobae, el propósito de esa cumbre es dialogar sobre “los cambios que la sociedad reclama, al mismo tiempo que nos comprometemos a lograr una educación universitaria de calidad”.

“El Presupuesto tiene que actualizarse porque con este presupuesto no se puede funcionar”, manifestó en diálogo con Infobae, Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, y agregó: “Ahora pretenden actualizar un 105% los gastos de funcionamiento. Pero no hay paritarias, hay acuerdos unilaterales. Los profesores universitarios perdieron un 36% de poder adquisitivo en los últimos 4 meses”.

Cómo se compone el Presupuesto de las universidades

El presupuesto universitario tiene tres partes: los salarios del personal docentes y no docentes, gastos de funcionamiento y, por último, programas especiales. Actualmente, de los gastos que requiere la universidad, cerca de un 90% del total corresponde a salarios y un 10% se destina a otros gastos para funcionamiento.

Desde la UBA señalan que esa relación debería ser 75% y 25% para que las universidades puedan funcionar correctamente. Dentro de los gastos de funcionamiento se encuentran recursos que necesitan las universidades para pagar los servicios y el mantenimiento para lograr buenas condiciones áulicas, de laboratorios, limpieza, seguridad, conectividad, seguros e insumos básicos.

Los gastos de funcionamiento quedaron congelados al prorrogarse el presupuesto 2023. Por lo tanto, tienen un atraso por inflación de cerca del 300%. El grueso de los fondos para las universidades proviene del apartado “Desarrollo de la Educación Superior” del Presupuesto Nacional. Ese acápite tuvo un ajuste del 72% en términos reales, o sea, deflactado.

Respecto a la actualización del “70%” que el Gobierno Nacional anunció para las universidades, es aumento es del 70% sobre el 10% de gastos de funcionamiento. En la UBA explican que no es para salarios. “Se trata de una actualización de apenas un cuarto de lo que las universidades necesitan para funcionar”, señala desde la Universidad de Buenos Aires.

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