La mesa chica cegetista se reunirá a las 11 en la UOCRA y se espera un fuerte debate.
Aun en estado de shock tras haber apoyado a Sergio Massa, la CGT se reunirá esta mañana para analizar el nuevo escenario político a partir del triunfo electoral de Javier Milei. Algunos dirigentes son partidarios de dejar sentado su rechazo a eventuales despidos en el Estado y el ajuste económico que aplicaría el gobierno libertario, aunque otros propondrán abrir un compás de espera para conocer todos los nombres del gabinete nacional y las primeras medidas que se pondrán en marcha.
La cita será a las 11 en la sede de la UOCRA, en la avenida Belgrano al 1800, donde una veintena de sindicalistas de la mesa chica ampliada de la CGT debatirá cómo afrontar la relación con el gobierno de La Libertad Avanza, al que el cotitular cegetista Pablo Moyano (Camioneros) ya había amenazado con recibirlo con protestas callejeras si ganaba las elecciones, de la misma forma que a Patricia Bullrich. Hasta ahora, ni Pablo ni Hugo Moyano hablaron acerca de la victoria de Milei. Por eso, el encuentro de la central gremial será clave para medir la temperatura sindical ante la etapa que comienza el 10 de diciembre.
Hasta ahora, hay opiniones disímiles. Para algunos dirigentes gremiales, no se puede recibir a un presidente elegido con más del 55% de los votos con amenazas de paros, sobre todo cuando ni siquiera asumió. En la intimidad, admiten que la central obrera perdió legitimidad social luego de que no hizo paros ni movilizaciones durante los 4 años del gobierno de Alberto Fernández para protestar contra el 140% de inflación anual, los aumentos de precios o el índice récord de pobreza.
Los que ya están en pie de guerra son los sindicalistas que representan a los trabajadores del Estado por el fuerte ajuste fiscal que proyecta el próximo gobierno y, además, porque Milei no confirmó el pago de todo el medio aguinaldo de diciembre al sector público. Otro frente de conflicto se abrió cuando el presidente electo confirmó que quiere privatizar empresas públicas como YPF, Aerolíneas Argentinas, Télam, la TV Pública y Radio Nacional. De la misma forma, causó impacto que Milei haya advertido que el 11 de diciembre “se termina la obra pública porque no tendremos plata”.
Una de las reacciones más fuertes desde el sindicalismo fue la del titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), el kirchnerista Pablo Biró, quien advirtió a Milei: “Si se quiere cargar a Aerolíneas, nos van a tener que matar”. Así se refirió a la idea del líder libertario de entregar la empresa a los trabajadores con el objetivo de que ellos la gestionen. Luego de que la frase causó una enorme polémica, el dirigente de los pilotos dio marcha atrás: “Tuve una frase muy poco feliz que sacada de contexto caería muy mal, hasta a mí me cae mal. Tengo que empezar aclarando que Javier Milei ganó con el 55% de los votos en elecciones limpias, sin fraude”, afirmó.
También fue muy crítico el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Rodolfo Aguiar, quien sostuvo que “parece que la motosierra de Milei empieza por el aguinaldo de los trabajadores, no por la casta”, y aseguró que “es el gobierno de Milei el que empujaría la paz social por la ventana como un orco incivilizado que atenta contra la ley”.
Aguiar también le apuntó con dureza a la CGT:“La Argentina está llena de sindicalistas que ya no viven como empleados sino como empresarios -dijo-. En la CGT son más oficialistas que los mismos oficialistas. Hay una gran parte del sindicalismo que va a acordar con el Gobierno”.
En la CGT predomina la cautela porque su conducción está alineada mayoritariamente con el sector más dialoguista del sindicalismo: allí figuran “los Gordos” (Héctor Daer, de Sanidad, y Armando Cavalieri, de Comercio) y los independientes (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de la UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias), además de aliados como Sergio Romero (UDA), Julio Piumato (judiciales), Rodolfo Daer (Alimentación) y Jorge Sola (seguro), entre otros.
Desde esta fracción sindical quieren pedir una audiencia con el presidente electo y con el funcionario que designe al frente del área de Trabajo para conocer sus planes en la materia, donde hasta ahora tuvo predicamento Mauricio Macri a través de su ex ministro Jorge Triaca.
En la central obrera conocen a Gustavo Morón, el ex superintendente de Riesgos del Trabajo en el gobierno de Cambiemos, a quien Milei confirmó el 1° de octubre pasado como su futuro secretario de Trabajo, ya que se eliminará el actual ministerio y pasará a funcionar como secretaría dentro del nuevo Ministerio de Capital Humano, que encabezará Sandra Pettovello.
De todas formas, apareció otro firme candidato para ese puesto: Omar Yasin, un ex funcionario de Triaca que fue director del Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (SECLO) y últimamente integró el equipo de expertos laboralistas que elaboraron los planes del área para Patricia Bullrich.
Hasta ahora, algunos de los más importantes dirigentes de la CGT dieron señales conciliadoras hacia Milei. Por un lado, el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, Gerardo Martínez (UOCRA), le envió el domingo un mensaje para felicitarlo y exhortarlo a abrir una etapa de “diálogo y concertación”. Se trata del mismo dirigente que se reunió en secreto con el líder libertario, en septiembre pasado, y a quien le aseguró que “no quiere hacer una reforma laboral”.
Por otro lado, el primer dirigente gremial en hacer declaraciones tras confirmarse el triunfo electoral de Milei fue un dialoguista de raza como Armando Cavalieri, titular de la Federación de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), que afirmó que “a la Argentina la arreglamos y sacamos adelante entre todos o no la arregla nadie” y consideró que “es imperante que nos pongamos a trabajar fuertemente sin mezquindades para lograr los acuerdos necesarios”.
Otra postura moderada fue la de Facundo Moyano, secretario adjunto del Sindicato de Peajes, quien destacó que en las elecciones “la sociedad habló y hay que hacerse cargo” y consideró que “en este nuevo ciclo, tanto para el país como para nuestro movimiento, necesitamos hablar mucho de las ideas, poco de las cosas y nada de las personas”. Y agregó: “Para poder decirle a la sociedad qué país queremos, tenemos que comprender sus urgencias y demandas. Basta de rótulos de derechas e izquierdas. Preguntarnos si lo que queremos es un peronismo petrificado, sólo para recordar lo que fuimos, o aceptar el deber histórico de transformarlo”. “Los argentinos hablaron en las urnas y hay que escuchar ese mensaje -señaló-. Estoy dispuesto a participar de esta transformación”.
No está confirmado si a la reunión de la CGT irá Luis Barrionuevo, titular del Sindicato de Gastronómicos, quien le había retirado su respaldo a Milei en rechazo al pacto con Macri y Bullrich, pero dio otro viraje luego del triunfo del libertario: resaltó que “la Argentina tiene todo y lo que necesitaba era esto, un golpe, un mazazo a la casta” y opinó que “el kirchnerismo desapareció”.