La canasta básica aumentó 2,6% en octubre y una familia necesitó $72.365 para no caer en la pobreza

Economía

En el último año la CBT, que determina la línea de pobreza, tuvo un incremento de 45 por ciento. 


La canasta básica total (CBT) aumentó 2,6% en octubre y de esa forma una familia integrada por dos adultos y dos chicos necesitó contar con un ingreso mensual de $72.365 para no caer bajo la línea de la pobreza, informó este jueves el Indec. En el último año este indicador tuvo una suba de 45 por ciento.

Por su parte, la canasta alimentaria (CBA) tuvo un incremento de 3% en el décimo mes del año, por lo que en los últimos doce meses el conjunto de bienes alimenticios básicos para una familia acumuló una variación de 49,3 por ciento. Para no ser considerado indigente, un hogar necesitó en octubre contar con $30.925 de ingreso. Los dos indicadores, tanto la CBT como la CBA, tuvieron un aumento menor al de la inflación de ese mes, que fue de 3,5 por ciento.

Los dos indicadores son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica –que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación– determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.

De la misma manera, la canasta alimentaria –que tiene un alcance limitado a bienes de primera necesidad– es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA son indigentes.

El mes pasado la canasta básica total había aumentado un 3,2% y de esa manera, no superó la variación que tuvo ese mes la inflación, que fue de 3,5 por ciento. Hacia septiembre, con estas cifras, una familia compuesta por cuatro personas necesitaba un mes atrás tener un ingreso de $70.532 para no ser considerada pobre. En tanto, la canasta básica alimentaria tuvo ese mes una suba de 2,7 por ciento.

La pobreza fue del 40,6% en el primer semestre del año, mientras que la indigencia alcanzó al 10,7% de la población, según el Indec. De esta manera, casi 19 millones de personas son considerados pobres por no poder cubrir el costo de la canasta básica total. De esa manera, la pobreza afectó a 18,8 millones de habitantes y la indigencia a casi 5 millones, según la proyección al total país de 46,4 millones de personas de la Encuesta Permanente de Hogares en 31 aglomerados urbanos con una población de 28,9 millones de personas.

El resultado del principal indicador social estuvo muy cerca del que había marcado el organismo estadístico para el primer semestre de 2020, en que los índices de pobreza e indigencia treparon desde el 35,5% con que terminó el 2019 a 40,9% por el impacto inicial de la pandemia y las medidas de aislamiento social en la economía y en los ingresos de los hogares. El pico de pobreza por el impacto de la crisis sanitaria tuvo lugar en el indicador del segundo semestre de 2020, cuando el indicador escaló hasta el 42 por ciento.

La fuerte suba de la canasta básica del último año se contrasta con la variación de los ingresos, que para algunos sectores del mercado laboral registra en el lapso enero-septiembre de este año una leve ventaja de los ingresos de los hogares, aunque para el caso de los empleados informales, sus salarios acumulan una desventaja de 17 puntos porcentuales respecto a la suba de precios.

Esto se da en el marco de una aceleración de la inflación en septiembre y octubre, por encima de las estimaciones que hacía el Gobierno nacional. En ambos meses el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 3,5%, por lo que la suba de precios interanual superó el 52 por ciento.

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