Los funcionarios del equipo económico se reunieron con supermercadistas y empresas alimenticias para afinar el impacto del recorte impositivo.
El Gobierno espera que la reducción del impuesto PAIS que se dará desde el próximo lunes impacte en las góndolas y para eso busca tener de aliados a los supermercadistas, a quienes les pidió que reclamen a sus proveedores de la cadena industrial de consumo masivo, precios más bajos por la reducción en el costo de su producción.
La idea surgió en conversaciones de funcionarios del Gobierno nacional con empresarios supermercadistas entre lunes y martes. Ayer el ministro de Economía Luis Caputo anticipó que el recorte de la alícuota de impuesto PAIS de 17,5% a 7,5% para el acceso a divisas para el pago de importaciones y fletes se hará operativa desde el lunes, el primer día hábil de septiembre.
El equipo económico mantuvo encuentros con supermercados, pero también río arriba en la cadena fabril con las empresas productoras de consumo masivo. El impacto previsto en los precios no sería lineal de 10 puntos porcentuales, ya que depende de la incidencia del insumo importado para cada caso. La intención de fondo es que ese margen que gana toda la cadena por el recorte del impuesto no se “pierda” en el camino y llegue al consumidor en la góndola.
En los supermercados argumentan que ese traslado dependerá enteramente de los fabricantes y que para las cadenas de grandes superficies comerciales el impacto en precios solo se dará en el puñado de alimentos importados que venden de manera directa en góndola luego de importarlos (banana, palta, atún, café, enlatados) y otros como electrónicos o bazar, explicó una fuente del sector.
Así, la presión operará sobre toda la cadena de dos maneras, según estiman fuentes oficiales y del sector. Por un lado, los supermercados y los proveedores “pulsearán” por precios con un costo más bajo por la reducción impositiva, pero también penderá la posibilidad de importaciones directas, más baratas, si la cadena local no realinea sus precios. Los supermercados tuvieron reuniones, este martes, con el secretario coordinador de Producción, Juan Pazo y el secretario de Comercio Pablo Lavigne.
Con la cámara alimenticia Copal, el lunes, la línea fue la misma. Desde la entidad aseguran que el efecto en precios de la medida depende de cada sector y de la incidencia de insumos o de materia prima importada para la elaboración.
Copal aprovechó para plantear ante los funcionarios otras medidas de tipo impositiva que esperan en lo sucesivo. “El próximo paso será en diciembre con la culminación de este impuesto y la discusión del resto de la agenda de baja impositiva y la continuidad de las iniciativas para la reactivación productiva”, mencionaron.
El Gobierno dejó entrever que próximamente habrá más medidas de este tipo, algunas de las cuales se conocerían esta misma semana. Aún no está explicitada cuál será la secuencia que sigue para el camino de baja de impuestos, aunque el presidente Javier Milei ya había mencionado, hace algunos meses, que después del PAIS le seguirían las retenciones y el impuesto al cheque, aunque en magnitudes y tiempos todavía no determinados.
Alguna pista de eso podría llegar en el proyecto de Presupuesto 2025, que el Ministerio de Economía presentará el 15 de septiembre y que podría incluir entre sus supuestos una hoja de ruta ya con rebajas tributarias incorporadas.
“Creo que en septiembre vamos a ver una baja de precios. Nosotros nos hemos juntado con muchas cámaras, automóviles, electrodomésticos, alimentos, motos; justamente para transmitirles esto, para transmitirles que la gente tiene que recibir y percibir del otro lado. Lo importante es que entiendan que entre todos se tiene que construir de nuevo, no sirve el sistema de especular porque es pan para hoy, hambre para mañana, y realmente la reacción de todos ha sido muy buena, yo tengo buenas perspectivas”, dijo Caputo este miércoles.
El propio ministro de Economía ya había planteado, en reuniones con supermercadistas y empresarios de consumo masivo hace un mes, que el recorte del impuesto PAIS tendría que redundar en una baja nominal de precios.
La consultora FMyA, en tanto, midió cuál sería el impacto en precios de la baja del impuesto PAIS. “En septiembre, con la baja del Impuesto PAIS de 10 puntos (que implica una baja de 0,7 puntos en la inflación mayorista), estimamos que la inflación caiga al 3% mensual, significativo pero lejos del 1% que preveía el gobierno, o siquiera el 2% de crawling”, planteó.
Delphos Investment, en tanto, explicó en un informe a clientes: “El impacto en la marcha de los precios (por la baja del impuesto PAIS) resulta más difuso ya que el traslado a los precios minoristas de los bienes importados se realizará con el transcurso de los días/semanas. En un escenario intermedio, la reducción del IPC de septiembre podria estimarse en 0,5/0,6 puntos porcentuales, colaborando con el proceso de desinflación”.
Por último, Econviews planteó que “en la actualidad los precios mayoristas importados toman como referencia mucho más al dólar oficial que antes de la asunción de Milei”. “En tiempos de mayores restricciones, los importadores se guiaban por el dólar paralelo para fijar precios y no por el oficial. Este cambio que se dio tras la eliminación de las SIRA y el avance en la normalización del comercio exterior hace que el impacto de la baja del impuesto tenga un efecto mayor. Lógicamente va a ser un efecto de una vez y no va a pegar sobre todos los productos de la economía, pero de todos modos será una ayuda”, concluyeron.