Kristalina Georgieva conoce las probabilidades de una caída del oficialismo en la elección del 14 de noviembre, y ya dejó trascender que la velocidad para cerrar un crédito de Facilidades Extendidas dependerá del apoyo de Juntos por el Cambio.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, supone que Juntos por el Cambio derrotará al Frente de Todos y ya planifica “un control de daños” para evitar que las negociaciones con la Argentina demoren por ausencia de interlocutores con fortaleza política que puedan cerrar un crédito de Facilidades Extendidas destinado a refinanciar la deuda 44.000 mil millones de dólares contraída por Mauricio Macri.
Alberto Fernández tiene un plan de negociación con el FMI que ejecutan Martín Guzmán (ministro de Economía), Gustavo Beliz (secretario de Asuntos Estratégicos), Jorge Arguello(embajador en Estados Unidos) y Sergio Chodos, representante de la Argentina en el Fondo Monetario Internacional.
La secretaria del Tesoro, Yanet Yellen, el secretario de Estado, Antony Blinken, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y la directora Georgieva del FMI elogian los conocimientos y la capacidad política de los negociadores oficiales.
Pero esa trayectoria de Guzmán , Beliz, Arguello y Chodos será puesta en jaque cuando se conozcan los resultados de los comicios del 14 de noviembre. Si la derrota del oficialismo es parecida a la caída de las PASO en septiembre, Georgieva empujará una cambio de método que ya empezó a sondear con referentes de Balcarce 50.
El cambio de método de la directora gerente apunta a lograr que el oficialismo acepte sumar el respaldo de la oposición a las conversaciones que protagoniza con el staff y el board del FMI. Georgieva no descarta tantear a los dirigentes de Juntos por el Cambio que ganaron comicios y puedan aportar un volumen político necesario para cerrar el deal y evitar el default.
En este contexto, y si no hay sorpresas electorales, Horacio Rodríguez Larreta sería sondeado para lograr que respalde la negociación oficial. Y ese sondeo tendría un origen simultáneo en Washington y la Casa Rosada.
Rodríguez Larreta no será sorprendido cuando le propongan esa sugerencia política, pero no se moverá un sólo centímetro del campo opositor hasta que las elecciones hayan sucedido y los negociadores del FMI admitan que no es posible cerrar un acuerdo sin Juntos por el Cambio.
La probable sugerencia de Georgieva para que Rodríguez Larreta apoye a los negociadores oficiales ante el FMI, no es un albur que sólo se resolvió en DC. Es una idea política que diseño Alberto Fernández y que ya está ejecutando Sergio Massa. El presidente y el diputado creen que los resultados electorales van a impactar en la negociación, y preparan un plan de acercamiento a la oposición para llegar sin fisuras políticas a un diálogo final con el Fondo Monetario internacional.
Una visita a Washington de Guzmán y Beliz acompañados por referentes de la oposición, puede dar certidumbre al board del FMI que aguarda un programa oficial sustentable y avalado por la coalición opositora. Si Juntos por el Cambio triunfan en las elecciones del 11 de noviembre, toda su voluntad política va a estar dirigida a recuperar la Casa Rosada.
Y desde esta perspectiva, Rodriguez Larreta y sus aliados apuestan a que Balcarce 50 cierre el crédito de Facilidades Extendidas que permitirá refinanciar los 44.000 millones de dólares que contrajo Mauricio Macri a través de un Stand-By.
Un escenario sin vencimientos de la deuda para los próximos tres años, es una hipótesis de trabajo que cuadra a Juntos por el Cambio y desvela también al Frente de Todos. Con esta coincidencia pragmática, Georgieva apunta a lograr que la Casa Rosada presente su programa sustentable y que la oposición avale este plan ante la cercanía del abismo del default.
Alberto Fernández no quiere caer en default y Rodríguez Larreta hará lo necesario para despejar la incognita de la deuda externa. Son adversarios en las urnas del 11 de noviembre, y un día más tarde ya serán socios a la fuerza para lograr un acuerdo con el FMI que todavía es incierto.