El régimen maquilla las mediciones oficiales pero los ciudadanos sienten en el día a día el incremento de precios.
Xiomara Castellanos, una jubilada cubana, estaba feliz cuando el gobierno incrementó los salarios y pensiones en 2021 como parte de una reforma monetaria, pero en ningún momento pensó que los precios llegarían a niveles inéditos en el sistema socialista en el que ha vivido 62 de sus 80 años.
Cuba es hoy uno de los países de América Latina que enfrentan una notoria escalada inflacionaria, un fenómeno que ha tomado por sorpresa al cubano de a pie.
El dictador Miguel Díaz-Canel participará el martes en una teleconferencia con sus homólogos de México, Colombia, Brasil y Argentina, también afectados y cuyos gobiernos de izquierda intentan adoptar estrategias comunes para bajar los precios al consumidor.
En enero de 2021, las autoridades pusieron en vigor una reforma monetaria para terminar con la aplicación de la tasa de un dólar por un peso cubano que prevaleció por décadas en el sector estatal y que provocaba distorsiones en la economía nacional.
Esto derivó en una devaluación del peso cubano. La moneda se disparó de 24 a 120 pesos por dólar en la tasa oficial. En el mercado negro está ahora a 180.
Aunque en el marco de la reforma, el salario se incrementó en un 450% en promedio, “los precios (…) están por el cielo, no acompañan el salario”, según Castellanos, quien recibe una pensión mensual de 1.528 pesos cubanos, equivalentes a 13,8 dólares a la tasa oficial, casi lo mismo que cuesta hoy una caja de 30 huevos (14 dólares).
De acuerdo con cifras oficiales, la inflación aumentó un 70% en 2021 y 39% en 2022.
Para Pavel Vidal, académico de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, en Colombia, las estadísticas oficiales “subestimaron entre 5 y 6 veces la inflación efectiva”, dijo a la AFP a través de un correo electrónico.
“La inflación real en 2022 superó el 200%, una de las más altas del planeta”, estimó el economista cubano.
“Siempre como pollo”
Xiomara Castellanos se resigna a adquirir los productos de la “libreta de abastecimiento”, implantada por el difunto Fidel Castro en 1963 para enfrentar la escasez de comida y que representó un símbolo de seguridad alimentaria.
Sin embargo, cada vez incluye menos productos.
A un precio casi simbólico de 1,42 dólares, Xiomara adquiere con su libreta en mano en la bodega cercana a su casa lo que el Estado le asigna al mes: siete libras de arroz, medio litro de aceite, siete huevos, tres libras de frijoles, seis libras de pollo y un paquete de café.
“Compro lo que me dan y siempre como pollo”, comenta mientras cocina, molesta porque esa ave no le gusta.
El economista cubano Omar Everleny Pérez concluye en un análisis que una pareja requiere unos 113 dólares mensuales para comprar la comida de un mes, incluida la que venden en tiendas en moneda extranjera.
Además, esa misma pareja necesita 233 dólares para cubrir transporte, vestimenta, recreación, servicios e internet.
Xiomara dejó de tomar leche porque un kilo del lácteo en polvo cuesta 14 dólares en las pequeñas tiendas privadas que empezaron a pulular en La Habana a raíz de que el gobierno autorizó en 2021 las pymes (pequeñas y medianas empresas), las cuales ahora hasta venden productos importados.
Las prácticas del libre mercado se han profundizado en la isla gracias a la apertura al sector privado, impulsada por Raúl Castro durante su mandato (2008-2018).
“Fuerte, fuerte”
En la isla, de 11,1 millones de habitantes y donde el salario promedio es de 33 dólares, una parte de la población recibe remesas y otro grupo más pequeño bonos u otras utilidades en empresas estatales.
Omar Everleny Pérez explicó que las familias receptoras de remesas tienen ingresos más elevados cuando cambian sus divisas por pesos cubanos.
Los trabajadores independientes también pueden tener mayor ingreso. “Mantengo a mis hijos con mi negocito más o menos”, señaló Armando Rodríguez, un vendedor de pan independiente de 52 años. Considera que necesitaría 400 dólares para mantener a su familia, pero a veces consigue la mitad.
“Lo que me preocupa es que el mundo se ha hecho para los cubanos más desigual”, sostuvo Everleny Pérez.
El país atraviesa la peor crisis económica en tres décadas.
La inflación “¿cuánto subió?, no lo sé, pero sé que está fuerte, fuerte”, exclamó Xiomara al oir esa palabra poco escuchada en el pasado.
“Antes (del 2021) no había IPC” (Índice de Precios al Consumidor) en Cuba, explicó Pavel Vidal, pero por información generada con el PIB “se puede decir que es la mayor” inflación registrada en la isla, incluso por encima de la crisis del denominado Periodo Especial en la década de 1990.