José Orellana fue denunciado por abusar de una empleada del Congreso en noviembre de 2016. La víctima indicó que sufrió “manoseos, acercamiento corporales, comentarios y besos”.
En 2016 el entonces diputado José Orellana fue denunciado por abuso sexual. Si bien fue sobreseído por “falta de pruebas”, tiempo después fue procesado. Este viernes iniciará el juicio en su contra y será la primera vez que un un político de alto rango “llega al banquillo por delitos de violencia sexual”.
El exdiputado nacional y actual intendente de Famaillá en Tucumán, José Orellana será juzgado por el Tribunal Oral en lo Criminal número 28 por abuso sexual. En 2019 la jueza María Alejandra Provítola lo sobreseyó por “falta de pruebas” pero luego fue procesado por “abuso sexual” por la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones.
Al momento del hecho, la denunciante era empleada del Congreso y tenía 22 años. En su denuncia planteó que al acudir al despacho de Orellana para avisarle que tenía gente esperándolo, sufrió “manoseos, acercamientos corporales, comentarios y besos” que nunca consintió.
Durante los primeros dos años la joven mantuvo su identidad en reserva pero cuando la actriz Thelma Fardín hizo la denuncia pública contra Juan Darthés, decidió dar a conocer su verdadero nombre. Ahora, estará representada por la abogada y exdiputada María Elena Barbagelata y las audiencias serán conducidas por el presidente del TOC 28, Carlos Chediek.
De acuerdo a la denuncia presentada, el caso de abuso ocurrió el 11 de noviembre de 2016 en el anexo H, donde la víctima trabajaba junto a la entonces diputada Gabriela Troiano. Tras ingresar a la oficina de Orellana, él se acercó y le dijo ‘vos necesitás alguien que te quiera’ y ‘me encantás desde que te ví’, según el fallo de la Sala IV al que accedió Infobae.
“En ese momento Orellana se puso de pie, le dijo ‘vení’ y comenzó a abrazarla y a ‘darle besos en el interior de su oreja izquierda’, mientras le manifestaba ‘seguramente nadie te besó así, no?’”, detalla el fallo de la causa.
En su relato, la joven indicó que al salir de la oficina del exdiputado rompió en llanto y con el apoyo de Troiano realizó la denuncia, con querellantes como María Elena Barbagelata, actualmente en el expediente, o Carlos Cruz, y el apoyo de la UFEM, el ala de la Procuración dedicada a delitos de violencia de género.
Desde que se hizo pública la denuncia, el exdiputado negó el supuesto abuso sexual y denunció que se trató de una operación política. Mientras tanto, la entonces diputada Troiano presentó un proyecto para suspenderlo pero el mismo no fue tratado en el recinto. Por su parte, la Cámara de Diputados no tomó ninguna decisión en torno a la denuncia y meses después el acusado solo mudó su despacho a otro anexo.
Sin embargo, en julio de 2020 la Cámara de Diputados incorporó a Poch a la planta permanente de empleados a partir de la iniciativa del Departamento de Género y Diversidad Sexual.
Al trascender el inicio del juicio la titular de la Asociación de Abogadas y Abogados de Buenos Aires (AABA), Barbagelata expresó en su cuenta de Twitter: “Comienza el juicio a José Orellana por abuso sexual, una denuncia que acompañé desde su inicio y en la que, por primera vez, un ex diputado nacional llega al banquillo por delitos de violencia sexual” y cuestionó que “Orellana, después de seis años de ser denunciado sigue ejerciendo la función pública como intendente en una localidad de Tucumán”.
La causa contra el actual intendente se centró no solo en el relato de la denunciante sino también de un secretario de Orellana. Además se sumaron pruebas, estudios planimétricos, y el testimonio de una arquitecta que trabajaba en el Congreso. Ante causas con dichas características, la Sala VII planteó que “exigen, sin dar lugar a estándares especiales de prueba contrarios al principio de igualdad, una particular atención a la amplitud probatoria propia del régimen de la sana crítica”.
“La naturaleza de las cosas reclama una valoración realista puesto que suelen ocurrir en ámbitos de intimidad y en ausencia de testigos, por lo que el relato de la víctima adquiere una especial trascendencia probatoria y debe ser valorado con esmero, en lo posible recabando el auxilio de especialistas, como ha sido hecho en este proceso”, sostuvieron.