La salida del empresario del máximo cargo en la entidad que agrupa a las empresas de medicina privada se da por “la necesidad de preservar la posibilidad de que todos los canales de diálogo sean considerados, y entendiendo que quizás el debate sobre mi persona sea obstáculo para lograr posiciones superadoras”, según destacó.
En medio de la tensión con el Gobierno por la suba de las prepagas y de señalamientos personales, el empresario Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical, renunció a la presidencia de la Unión Argentina de Salud (UAS), la entidad que nuclea a las empresas del sector de la salud privada.
“Con la necesidad de preservar la posibilidad de que todos los canales de diálogo sean considerados, y entendiendo que quizás el debate sobre mi persona sea obstáculo para lograr posiciones superadoras, he considerado procedente y necesario renunciar a la presidencia de la Unión Argentina de Salud”, afirmó Belocopitt en su carta de renuncia, quien destacó también que el sector que representaba recibió en los últimos días “reproches y observaciones por parte de funcionarios del gobierno nacional”.
“Las agresiones de las últimas horas sobre mi persona son riesgos propios de participar y comprometerse con esfuerzos e ideales. Quizás mi vehemencia o carácter, muchas veces malinterpretados, son consecuencia de mi pasión por esta actividad que heredé de mi padre y que he desarrollado durante toda mi vida, invirtiendo y reinvirtiendo en mi país”, dijo.
El texto enviado a la Comisión Directiva y Asociados de la UAS hace foco en que debe ser prioridad de todas las asociaciones que la integran seguir prestando el servicio de salud a más del 70% de la población argentina y hacerlo con calidad, para lo que “se deben despejar subjetividades que obstruyan la posibilidad de encontrar salidas consensuadas, basadas en debates técnicos, realidades de mercado y equilibrios económico financieros”.
“La Unión Argentina de Salud de ninguna manera puede quedar involucrada o asimilada a cualquier defensa que yo en lo personal pueda ejercer, todo lo cual concurre a la decisión de apartarme del cargo para el que fui honrosamente designado. Creo necesario que cualquier opinión que pueda manifestar en el futuro, o aclaraciones a los medios y analistas de opinión, no sean consideradas una posición institucional de la Unión Argentina de Salud, organización que tuve el privilegio de fundar -junto a muchos de ustedes- y de presidir durante los últimos años”, explicó Belecopitt.
Y también pidió que “en el marco de esta nueva etapa, designen entre todos a la persona que deberá continuar la gestión irrenunciable de defender al sector y continuar el camino para lograr los consensos necesarios para que las medidas que puedan asumirse no estén teñidas de simpatías o antipatías personales, ni de ningún otro interés externo, sino sobre la base de un conocimiento profundo acerca de la sensibilidad del sistema y de lo que se está poniendo en juego”.
Por último, le deseó éxito a Javier Milei. “Manifiesto mi deseo de que el Sr. Presidente de la Nación, Dr. Javier Milei, tenga el éxito que el país necesita para salir del estancamiento y la recesión de las últimas décadas y que todos los argentinos tengan la posibilidad de tener, de acuerdo con lo establecido por la Constitución Nacional, el derecho a la vida, a la seguridad, a la educación, a la salud y a la propiedad privada”, cerró el empresario.
La semana pasada, el ministro de Economía Luis Caputo había puesto el foco en las empresas del sector. “Las prepagas le están declarando la guerra a la clase media. Nosotros desde el gobierno, vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para defender a la clase media”, tuiteó el ministro.
Luego de eso, las compañías pidieron una reunión con el Gobierno, algo que por el momento no se concretó. En las últimas horas hubo trascendidos de que el Gobierno podría ir a las Justicia con la idea de lograr una marcha atrás con los aumentos y que prepara un informe en el que habla de la supuesta cartelización del sector.
En el DNU desregulador que firmó Milei en diciembre –el mismo que fue rechazado en el Senado y deberá ser tratado en la Cámara Baja– se liberó el precio de las cuotas de las prepagas y se determinó que los empleados puedan optar en derivar sus aportes a las obras sociales o, directo, a los prestadores privados.