Allí trabajaba la mujer contagiada.
Beijing endureció los controles de entrada a la ciudad tras hallar el pasado sábado un contagio por transmisión local de la variante ómicron del coronavirus a poco más de dos semanas de que comiencen los Juegos Olímpicos de Invierno en la capital china.
Quienes entren en Beijing desde otros puntos de China deben someterse a un test en las 72 horas posteriores a su llegada a la ciudad, además de presentar una prueba negativa en las 48 horas previas al viaje. Esta normativa estará vigente desde el próximo 22 de enero hasta finales de marzo, recoge este lunes la prensa local.
Beijing confirmó el sábado su primer caso local de ómicron a menos de tres semanas para que empiecen los Juegos Olímpicos de Invierno en la capital china -el próximo 4 de febrero-, evento que las autoridades tratan de proteger a toda costa. Las autoridades pequinesas no han anunciado la detección de ningún otro caso este domingo ni hoy, lunes.
China, que todavía mantiene una política implacable de “tolerancia cero” ante los contagios, desplegó operativos en dos puntos: en la residencia de la mujer y en su lugar de trabajo. En la zona de viviendas, que está a solo 15 minutos de la Villa Olímpica, la zona está cercada, pero los residentes pueden salir al aire libre, siempre que no salgan de los límites definidos por las autoridades.
La situación es más tensa en las oficinas, que fueron clausuradas aún con trabajadores adentro. El personal sanitario desplegó tiendas de campaña para realizar los testeos masivos y repartieron almohadas y sábanas para las personas que quedaron “atrapadas”.
Según los datos de vigilancia sanitaria, la persona que se contagió con la nueva variante no ha registrado contactos con otros casos confirmados y no había dejado la ciudad en los últimos 14 días, lo que apunta a una transmisión comunitaria.
¿Contagio postal?
La violación a la privacidad fue tan extensa que los oficiales divulgaron con detalles todos los lugares en los que estuvo la mujer en las últimas dos semanas: estaciones de metro, baños públicos, supermercados, tiendas de lujo, restaurantes, una peluquería, un club de comedia y un parque de esquí. En consecuencia, se testeó a más de 15 mil personas vinculadas a esos lugares, pero hasta ahora no se detectaron otros casos positivos, según los reportes del lunes.
Al no haberse reportado otros contagios, las autoridades deslizaron la posibilidad de un contagio por correo, aprovechando también para culpar a otro país con el que las relaciones diplomáticas están tensas: CanAdá.
Pang Xinghuo, subdirector del CDC de Beijing, dijo que la persona contagiada recibió una carta el 7 de enero y comentó: “No descartamos la posibilidad de que la persona se haya infectado a través del contacto con un objeto procedente del extranjero”.
Ello pese a que investigadores y autoridades sanitarias ponen en duda este modo de transmisión, señalando que el virus no sobrevive lo suficiente en las superficies.
“Debido a la escasa capacidad de supervivencia de los coronavirus en las superficies, el riesgo de propagación a partir de los productos o envases enviados durante un periodo de días o semanas es bajo”, afirma la oficina de salud canadiense.
Anteriormente, China ya había señalado a los productos congelados como posible fuente de contagios que incluso, sostuvieron, podría explicar un origen externo del primer brote en Wuhan.
En alerta
Expertos sanitarios afirmaron al diario Global Times que es muy posible que surjan nuevos casos teniendo en cuenta que se desconoce el origen de la infección, y que si se informa de más positivos las autoridades reaccionarán aumentando el alcance de las pruebas entre la población, además de imponer restricciones al tráfico y a la movilidad en ciertas áreas.
El contagio se produce a poco más de dos semanas para que comiencen los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022, que se celebrarán bajo estrictas medidas de prevención: los atletas y trabajadores venidos del extranjero permanecerán en una “burbuja” aislados de la población local durante toda su estancia.
China ha mantenido su política de tolerancia cero contra el COVID, con estrictas restricciones a la movilidad, confinamientos selectivos o completos para atajar los rebrotes y el cierre prácticamente total de sus fronteras.
El país asiático también celebrará dentro de dos semanas el Año Nuevo chino, y los funcionarios han pedido que no se viaje si no es “estrictamente necesario” para eludir los desplazamientos masivos típicos de estas fechas.
El número total de contagiados activos en la China continental asciende a 3.494, 15 de los cuales se encuentran graves, según las últimas estadísticas oficiales. Desde el inicio de la pandemia se han infectado 105.087 personas, de las que 4.636 fallecieron.