Nació en abril de 2020, en plena cuarentena, desarrollado por dos argentinos.
En abril del año pasado, durante la cuarentena en la Argentina, dos jóvenes crearon una plataforma para brindar apoyo a las personas afectadas por el encierro y distanciamiento social obligatorio. Juan Pablo Villani (35 años) y María Zinn (30) lanzaron Aquí Estoy, una plataforma que funciona como una red de contención emocional.
Aquiestoy.chat fue pensada para que personas de cualquier parte del mundo, que hablen español, se postulen para acompañar a otras que están atravesando un momento difícil, a través de conversaciones. “Esto escaló muchísimo, con más de 7.000 voluntarios, pero nos preocupaba que no podíamos validar o no validar a las personas. Así fue que nos transformamos en un chat de contención emocional, donde sí centralizamos las personas disponibles para la escucha y las supervisamos”, señala Villani.
Hace 3 semanas, Aquí estoy lanzó su chat, en donde las personas escriben a un número específico en WhatsApp y pueden chatear con alguno de los 50 voluntarios que existen hoy, y que cumplen con horarios fijos para cubrir 6 horas diarias. Reciben capacitación y residen en distintos países como la Argentina, Uruguay, Colombia, México, España y Guatemala.
“Entre marzo y abril vamos a realizar dos entrenamientos más, con el objetivo de ampliar la red a 100 acompañantes y poder ofrecer un horario más amplio”, expresa Villani quien es administrador de empresas, counselor (consultor psicológico) y emprendedor tecnológico.
El equipo está integrado por un grupo de asesores, consultores y colaboradores en distintas áreas, con experiencia clínica en salud mental y en acompañamiento de procesos personales. Cerca del 70% de los 50 voluntarios son psicólogos, counselors, coaches o estudiantes de estas profesiones.
“La idea es proveer un servicio gratuito para todas las personas que lo necesiten. Para poder mantener la fundación y que no viva solo a base de donaciones tenemos un plan para brindar capacitaciones a empresas sobre comunicación empática y escucha activa”, explican.
En la primera etapa del proyecto se anotaron alrededor de 5.000 voluntarios que brindaron más de 70.000 minutos de escucha a miles de personas en todo del mundo. Desde el 1 de marzo funciona la línea de WhatsApp y hasta ahora se ha registrado un promedio de 400 personas por semana que escriben buscando apoyo y contención.
De todas formas, sus creadores señalan que Aquí Estoy no busca ser un espacio de acompañamiento terapéutico sino un lugar donde la persona se sienta comprendida y contenida en una situación difícil. Así, dicen enmarcarse dentro de lo que la OMS (Organización Mundial de la Salud) denomina “primera ayuda psicológica” que cualquier ser humano puede brindar.
“Nos escribe mucha gente que se siente sola o personas que no se animarían a hablar el tema que los preocupa con sus amigos o familia. El tema más frecuente por el que nos contactan es por conflictos de relaciones con familia, pareja o amigos, así como también por temas de ansiedad”, explica Villani. El servicio funciona todos los días, de 18 a 24hs.
“Creo que el año pasado nos puso patas para arriba a todas las personas. En ese sentido, para mí, cualquier recurso creativo y que contemple el impacto de la soledad, el aislamiento y el.corrimiento de las rutinas diarias me parece válido. De todas formas, hay que poner la escucha y el chat en contexto. Esto no constituye una terapia, pero sí puede tener efectos terapeúticos”, señala Lucila Gurman médica especializada en psiquiatría.
Agrega: “Me parece importante que si alguien en el chat detecta un plus de angustia o de desconcierto pueda ser un puente al sistema de salud. O sea que se vuelva un recurso que arme red con lo saludable. A veces las respuestas universales a la angustia pueden obturar y ahí hay algo un poco complicado en estas respuestas rápidas y no tan singulares. Porque algunas personas lo pueden vivir con culpa o pensando que es solo una cuestión de voluntad ´estar bien´”.
En este sentido explica que existen personas que necesitan mucho de otras para tomar contacto con “el afuera”. “Si encima, esos puentes se obstaculizan quedan mundos muy privados, y como caídos del sistema. También es importante disernir entre una escucha profesional y otra que no lo es. Y esto no es por subestimar una escucha que puede ser amorosa, con ideas y devolviendo algo positivo, pero no es lo mismo. Una escucha profesional puede detectar rasgos que pueden resultar más complicados y en todo caso, sí hacer de red, o de puente, o de contacto para el ingreso al sistema de salud”, finaliza.