Mientras negocia con las empresas de consumo masivo una nueva canasta básica, la Secretaría de Comercio convocó al sector de la comercialización para pedirles su colaboración.
La reunión pasó desapercibida. Pero el lunes por la tarde, horas antes de la reunión que el Gobierno tuvo con un primer grupo de empresas de alimentos para avanzar con la idea de la nueva canasta básica, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, recibió a los CEOs de las principales cadenas de supermercados para hablar de la inflación. El encuentro comenzó a las 16.30 y fue breve, pero el mensaje, muy claro: los precios no pueden seguir subiendo.
La aceleración inflacionaria venía preocupando al Gobierno, que avizoraba -ya con los datos del verano- que la meta del 29% era muy ambiciosa para el contexto actual, pero el número de 4,8% de marzo que dio a conocer el Indec la semana pasada incrementó fuertemente ese malestar y empujó a las autoridades a apurar ideas que ya se estaban estudiando pero que lejos estaban de reunir consenso en el sector privado. Una de las medidas anunciadas el mismo día de la difusión del IPC fue la creación de una nueva canasta básica, que Comercio Interior comenzó a negociar esta semana con las principales empresas de consumo masivo.
Frente a este escenario, y con la presión del rubro alimenticio de desarmar el programa Precios Máximos cuanto antes, Español convocó el lunes a los presidentes de las seis cadenas de supermercados y al director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Juan Vasco Martínez, y les pidió ayuda en la tarea de evitar desmadres en los precios.
Además del referente de ASU, estuvieron presentes el director ejecutivo de Coto, Guillermo Calcagno; los CEOs de Dia%, Martín Tolcachir; de Carrefour, Stephane Maquaire; de Walmart, Federico Erhart; y de La Anónima, Nicolás Braun. Por Cencosud, participó el director comercial, Carlos Corro. “Nos dijeron que no podíamos admitir listas nuevas de precios y que estaban muy preocupados por todas las movidas que habían hecho las empresas para hacer cambios en los productos y saltear los controles”, dijo una fuente del sector de supermercadismo.
El Gobierno todavía sostiene el programa de Precios Máximos, vigente desde marzo del año pasado, pero varias categorías fueron deslistadas. Ello significa que fueron liberadas de la resolución 100, pero aún así no quedaron libres de aumentar lo que quisieran. Las subas vienen siendo consensuadas con las autoridades de Comercio Interior, aunque no en todos los casos se cumplen, y Español lo tiene bien controlado. Mediante el sistema de información de Precios claros, que obliga a las cadenas a informar diariamente todos los precios de sus productos, la Secretaría de Comercio sabe cuáles son los desvíos en cada categoría y cadena de retail. Por eso, el mensaje a los CEOs de las cadenas fue claro: “No autoricen nuevas listas con aumentos durante este mes”. Y esta información ya comenzó a circular entre los distintos proveedores, según pudo saber.
En cuanto a los “productos mellizos”, como se le suelen llamar a los lanzamientos de artículos que casi no tienen diferencia con otro que ya existe en las góndolas, la funcionaria les manifestó una fuerte preocupación, ya que los proveedores, de esa forma, justifican los aumentos que no tienen autorizados. De hecho, Comercio Interior ya imputó a varias empresas por detectar ejemplos de ítems que apenas se diferenciaban en 1 gramo de más y tenían un recargo del 50% en el precio.
Las propias empresas venían advirtiendo que estaban sufriendo fuertes subas de costos que no podían trasladar a los valores finales e informalmente reconocían que incurrían en varias estrategias para escaparle a los Precios Máximos. Una era ésa: lanzar un producto casi idéntico a otro, hacer que convivan un tiempo y luego sacar del mercado el viejo -y bajo control- para sostener el nuevo.
Fuentes del supermercadismo afirmaron que de acuerdo a los datos que tiene GS1, la única organización autorizada para asignar los Códigos de Barras estándares, los lanzamientos de productos se incrementaron de forma sustancial desde el último trimestre del año pasado y que en apenas cuatro meses los EAN (códigos de barras) superaron los 800, cuando habitualmente en un año rondan los 400.
Precios de la electrónica
El Gobierno busca enfrentar varias batallas juntas. Mientras que se reúne con el sector alimenticio y los supermercados, intercambia borradores de acuerdo con la industria de la electrónica para firmar, en lo posible la semana próxima, un acuerdo que retrotraiga los precios a los valores del 31 de marzo y se sostengan hasta fin de octubre.
Fuentes del sector explicaron que las negociaciones con el Gobierno comenzaron hace apenas 48 horas y que si bien hay intenciones de acompañar, las empresas quieren asegurarse de que habrá revisiones periódicas para contemplar la suba de los costos. Desde la cartera productiva les plantearon ajustes trimestrales, pero la industria pretende reducir ese plazo. Lo mismo le sucederá a los productores de insumos difundidos y de la construcción, así como al rubro textil, que comenzarán a analizar un acuerdo similar en los próximos días. “Estos programas son de muy difícil implementación y poco resultado práctico”, dijo el directivo de una importante empresa siderúrgica.