Estuvo internado diez días tras haber contraído COVID-19. Tenía 57 años y ganó once campeonatos de Turismo Carretera.
Golpe fuerte para el automovilismo argentino luego de conocerse el fallecimiento de Alberto Canapino, uno de los mejores preparadores del país y que alistó a once autos que fueron campeones del Turismo Carretera, entre ellos los cuatro que logró su hijo Agustín Canapino en 2010 y de 2017 a 2019. El chasista falleció a los 57 años luego de padecer COVID-19.
Canapino padre contrajo el virus hace diez días y según informó una fuente cercana a la familia, no tenía enfermedades preexistentes. Estaba internado en el Sanatorio Otamendi de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ayer se complicó su estado por lo que fue derivado a terapia intensiva. Hoy a las 14:15 su cuadro se complicó y falleció tras sufrir un paro cardíaco.
La noticia fue un mazazo para todos los suyos en una jornada en la que a las 15:00 horas estaba pactada la presentación del auto de Agustín, la cupé Chevrolet con la que el piloto de Arrecifes iba a luchar para recuperar el campeonato.
Canapino llegó al automovilismo grande de la mano de su coterráneo, Luis Rubén Di Palma, quien por iniciativa del padre de Alberto, le pidió si podía darle una oportunidad a su hijo, un joven entusiasta que empezó a hacer sus primeras armas en el primer lustro de los años ochenta. Fue ahí cuando el Loco le permitió meter mano en un Volkswagen 1500 que resultó ganador en la primera fecha del TC 2000 de 1986 en Balcarce. El veterano piloto ganó, pero su auto fue objetado por los aditamentos aerodinámicos como el alerón trasero y otro pequeño en la parte posterior del techo. Esas variantes debieron ser quitadas para la próxima carrera, pero el coche fue revolucionario y anticipó cuatro años lo que iba a pasar en la categoría cuando en 1990, todos sus autos usaron alerones y otros elementos.
Inserto de lleno en el automovilismo grande, llegó el primer campeonato de TC de la mano de Juan María Traverso. Fue en 1995 cuando le alistó el Chevrolet al Flaco de Ramallo, misma temporada en la que estuvo a cargo del Peugeot 405 de TC 2000 con el que el propio Traverso logró su último título en la especialidad. Ambos repitieron la gloria en el TC en 1996, pero para 1997 se rompió el vínculo.
Sin embargo, en 1998 se reivindicó de la mano de un joven de 25 años llamado Guillermo Ortelli, que en ese momento fue el campeón más joven del TC, también con un Chevrolet. Luego Alberto obtuvo otros campeonatos en la popular categoría preparando los autos de Juan Manuel Silva (Ford/2005), Norberto Fontana (Dodge/2006) y Christian Ledesma (Chevrolet/2007).
Ésa temporada se rindió ante la insistencia de su hijo Agustín, que con 17 años fue campeón de una monomarca llamada Copa Mégane. Alberto no quería que su hijo corra porque ellos nunca fueron de contar con altos presupuestos y quiso evitarle una frustración si por falta de dinero no iba poder competir.