Una organización internacional de neurociencias premió a investigadora local

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En su trabajo planea investigar un problema que afecta a 1 de cada 4 argentinos: la conjunción de varios síntomas conocida como “Síndrome Metabólico” -compuesta por presión elevada, altos triglicéridos, alto colesterol y glucemia ligeramente elevada en madres- y su impacto en la formación del cerebro del feto durante la gestación.


La doctora Sofía Vallés, profesora de la UNS e investigadora del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB), dependiente de la UNS y el CONICET, fue reconocida por la Organización Internacional de Investigaciones del Cerebro (IBRO, por su sigla en inglés) con una importante financiación de 5 mil euros. La IBRO es una entidad que promueve la investigación y el intercambio de conocimientos en el campo de las neurociencias, con especial énfasis en apoyar a científicos de países en desarrollo. Fue fundada en 1961 y tiene su sede en París. Nuclea a más de 75 mil científicos agrupados en diversas asociaciones nacionales y regionales de todo el mundo.

En el mes de mayo Vallés se presentó a la convocatoria de la IBRO y obtuvo el Early Career Award, destinado a investigadores jóvenes. “En nuestro grupo investigamos cómo el síndrome metabólico materno puede impactar en la formación del cerebro del feto durante la gestación. Este síndrome afecta a 1 de cada 4 argentinos, y la tendencia mundial es similar. Un síndrome es un conjunto de signos y síntomas que ocurren juntos y caracterizan una condición médica particular”, explicó Vallés. Su objetivo es estudiar la conexión molecular entre el SM materno y los trastornos del neurodesarrollo observados en la descendencia. Su trabajo, que ya tiene antecedentes publicados, se realiza con roedores, pero sirve para comprender cómo funcionan los mecanismos neuronales y establecer analogías con humanos para plantear terapias de prevención o atención. 

“En nuestro trabajo usamos el azúcar de mesa que le ponemos al café. El azucar está compuesta por dos moléculas juntas: la glucosa y la fructosa, que es lo que le da el gusto más dulce. La fructosa es una molécula tóxica para el metabolismo. Acelera el síndrome metabólico en un estado pro inflamatorio y eso hace que la cría reciba impactos que no son beneficiosos, lo que tiene consecuencias en el “armado” del cerebro durante la gestación. Nosotros lo analizamos con animales de laboratorio y vemos que cuando nacen poseen cerebro inflamado, los lípidos del cerebro oxidados, y esto no permite una conducción nerviosa adecuada. Esto afecta el crecimiento y mediante tests de comportamiento y varios análisis vemos los problemas indicados: más ansiedad, problemas de memoria, de sociabilidad, etc. Ya identificamos el problema, hora estamos tratando de ver por qué pasa esto pero a nivel molecular a nivel de las células para que exista este problema”, explicó a Radio Universidad.

“Se sabe que el síndrome metabólico aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares (ACV) y trastornos mentales. Sin embargo, en nuestro laboratorio nos enfocamos en cómo este síndrome afecta el neurodesarrollo del gestante. Hemos publicado trabajos científicos que muestran que las crías de madres con síndrome metabólico presentan neuroinflamación y peroxidación de lípidos en el cerebro al nacer”, detalló.

El diagnóstico de síndrome metabólico se realiza cuando una persona presenta al menos tres de los siguientes signos: presión arterial superior a 130 mmHg, glucemia mayor a 100 mg/dl, contorno de cintura mayor a 80 cm en mujeres y 90 cm en hombres, colesterol total superior a 200 mg/dl, colesterol HDL menor a 40 mg/dl en mujeres y 50 mg/dl en hombres, y triglicéridos superiores a 150 mg/dl.

Bahiense, hija del doctor Marcelo Vallés –otro eminente investigador de la UNS y el CONICET- se graduó en esta universidad como bioquímica y realizó su doctorado y posdoctorado con el doctor Francisco Barrantes, con quien comenzó a investigar en neurociencias, para continuar luego bajo la dirección de la doctora Marta Aveldaño. “Desde 2019, dirijo mi propia línea de investigación en el Laboratorio de Nutrición y Neurodesarrollo del INIBIBB. Además, me desempeño como profesora de la cátedra de Principios de Farmacología para las carreras de Licenciatura en Enfermería y Licenciatura en Óptica y Contactología en la UNS”, detalló.

“Este premio nos brinda una ayuda financiera para adquirir insumos para el laboratorio. El potencial de muchos laboratorios está lamentablemente limitado por la parte económica, y por eso dependemos en muchos casos de estos premios, ya que con la economía local no podríamos contar con los insumos necesarios. Dado que la mayoría de los materiales que usamos son importados, como anticuerpos y reactivos químicos que no se producen en el país, este premio nos asegura que podremos seguir investigando a nivel molecular los mecanismos por los cuales se altera el desarrollo del cerebro en la descendencia de madres con síndrome metabólico”, reconoció la investigadora. “Esto implica además que acá, en Bahía Blanca, en Argentina, estamos trabajando con nivel internacional, y por eso estamos muy felices”, agregó

“Quiero agradecer especialmente a todo mi equipo de trabajo, la doctora Natalia Furland, el doctor Facundo Prado Spalm y la licenciada Marié Cuervo Sánchez, con quienes hemos llevado a cabo todas estas investigaciones. Conocer estos mecanismos moleculares permitirá desarrollar en el futuro herramientas para prevenir este daño, incluso cuando la madre llegue al embarazo con este síndrome metabólico”, concluyó.