Los dos funcionarios más criticados por el kirchnerismo se convirtieron hoy en voceros de la administración de Alberto Fernández.
No fue casual que los principales ministros del área económica salieran casi en simultáneo a defenderse de las críticas de Cristina Kirchner tras su discurso en el Chaco del viernes. Tanto el titular de Economía, Martín Guzmán, como el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dieron entrevistas radiales en las que defendieron el modelo económico del gobierno que encabeza Alberto Fernández. Los dos, junto a Claudio Moroni (ministro de Trabajo), son los principales apuntados por el kirchnerismo; especialmente por La Cámpora, que los quiere fuera de la toma de decisiones y lo explicitan cada vez que pueden.
La estrategia del Gobierno está clara. Como lo dijo Guzmán en la reunión de Gabinete que se hizo el miércoles en la Casa Rosada, “el rumbo es por acá” y se podrá avanzar con una mejoría en todos los índices si se controla “el ruido político” que repercute en sus medidas. Por eso aceptó el reportaje con la FM Urbana Play, que se grabó el domingo por la noche y se emitió esta mañana. El Presidente les había pedido que salgan a defender la gestión.
Mientras ambos hablaban, en la Casa Rosada todo era calma y se ultimaban los preparativos para el viaje que esta semana el jefe de Estado hará por España y Alemania. Los dos funcionarios intentaban, por separado, “atajar” y replicar los cuestionamientos públicos de la Vicepresidenta. Ni Guzmán ni Kulfas integrarán ese grupo que irá a la gira. Si bien habrá reuniones de la delegación presidencial con sectores empresarios, en esas conversaciones los representará Cecilia Todesca, secretaría de Relaciones Económicas Internacionales, mano derecha del canciller Santiago Cafiero.
Esta semana será particularmente compleja para Alberto Fernández y sus colaboradores en materia económica. El jefe de Estado se alejará de estas dificultades, pero solo físicamente, al menos hasta el sábado. Este martes comenzarán las audiencias para tratar los aumentos de tarifas y la reducción de los subsidios en el área energética, uno de los lineamientos del plan económico de Martín Guzmán.
Esta mañana, ni bien llegó a Casa de Gobierno, poco después de las 10, se supo que el Presidente agregaría una actividad extra antes de su partida. Al mediodía estará en el cierre del Congreso de la FATSA (Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina) en Parque Norte. El sindicato que preside uno de los gremialistas más afines al Gobierno, Héctor Daer, acaba de cerrar un acuerdo paritario del 59% en cinco tramos.
También diversas organizaciones sociales de izquierda como el Polo Obrero y las nucleadas en Unidad Piquetera planean para los próximos tres días (martes, miércoles y jueves) movilizaciones de protesta en todo el país que confluirán en Plaza de Mayo reclamando más planes sociales, que complicarán la circulación de los porteños y aumentarán el malhumor social.
En tanto, el jueves se conocerá el índice de inflación de abril. En el Gobierno creen que el número estará cerca del 6%, marcando una baja respecto del 6,7% de marzo. Será otra cifra que impactará en la sociedad y en el escenario político será negativo, porque la cifra sigue siendo muy alta.
Además, en los próximos días sin fecha concreta aún, comenzará, de manera oficial, la primera evaluación trimestral del FMI a la aplicación del acuerdo alcanzado. Es una misión que se anticipará porque consideran que es necesaria una readecuación de las cifras, como consecuencia del impacto de la guerra que sostienen Ucrania y Rusia desde el 24 de febrero.
Guzmán, quien mañana probablemente exponga ante la Cámara de Comercio de los Estados Unidos (AmCham) en la tercera edición de su cumbre de negocios, acusó a la ex Presidenta por los descalabros en la política macroeconómica iniciados en su gestión entre 2011 y 2015. “¿En qué país funcionan subsidios energéticos de 4 puntos del PBI?“, se preguntó. Y continuó: ¿En qué país del mundo funciona un déficit financiado con una moneda que la gente deja de querer?“. También expresó que durante la segunda presidencia de CFK “hubo de todo”, “grandes logros” pero también carencias en materia de “consistencia macroeconómica”. “Lo que estamos haciendo ahora es unir el corto plazo con el largo”, planteó.
Kulfas, por su parte, en Radio con Vos, respondió a la mención que le hizo, sin nombrarlo, Cristina Kirchner: “No es un libro en contra de nadie. Lo escribí en 2015 y se publicó en 2016. Es un libro que buscó hacer un balance de los tres gobiernos kirchneristas saliendo de la polarización. Analiza ese período histórico no en clave de impugnación o como una visión apologética. Es un libro que hace un balance positivo y señala limitaciones o críticas pero de ninguna manera es en contra de alguien”.
En la Rosada ya la semana pasada habían deslizado el apoyo irrestricto a los ministros que el kirchnerismo cuestiona. “Tenemos tres ministros de lujo, ¿cómo los vamos a sacar?”, comentó uno de los colaboradores de Alberto Fernández. “Lo que les molesta es que no gobiernan ellos”, agregó esa misma fuente en uno de los pasillos de Balcarce 50, en alusión a las críticas que difundieron varios de los principales referentes del kirchnerismo.
Zabaleta, otra de las espadas más visibles del albertismo, también alzó la voz en un programa televisivo el domingo por la noche para defender la gestión. Porque los ministros se alinearon detrás del Presidente, a capa y espada.