La gran cantidad de agua acumulada en el campo de juego hizo que el árbitro Patricio Loustau decidiera no disputar el encuentro este domingo.
La lluvia torrencial que cayó sobre la Ciudad de Buenos Aires este domingo obligó a suspender el duelo que Boca Juniors debía disputar ante Newell’s desde las 21.30 por la fecha número 23 del torneo de la Liga Profesional. Las malas condiciones climáticas hicieron imposible la realización del encuentro, por lo que las autoridades decidieron pasarlo para el lunes a las 19.15, aunque como en ese horario jugarán Racing Club y Lanús, se bajara la posibilidad de que Xeneizes y Leprosos lo hagan a las 21:30.
Las tormentas comenzaron el sábado por la noche y se extendieron durante toda la jornada del domingo con distinta intensidad. Al llegar a la Bombonera, los hinchas de Boca Juniors se encontraron con que había gran cantidad de agua acumulada en algunos sectores del campo de juego. La expectativa ante este panorama realmente no era alentadora.
El árbitro Patricio Loustau salió cerca de las 21 a ver las condiciones de la cancha. Tomó una pelota e intentó hacerla picar, pero el esférico no llegó a rebotar por la cantidad de agua acumulada en el césped. Luego trató de hacer correr el balón, pero su intento fue infructuoso ya que el mismo se frenó. Mientras, la lluvia era permanente y no daba indicios de que fuera a parar.
En primer término, el juez decidió postergar 15 minutos la hora de inicio. Cerca de las 21.35, volvió a salir del vestuario y se adentró en el campo de juego: el resultado fue el mismo o incluso peor. Para ese entonces las tribunas ya estaban colmadas por los fanáticos del Xeneize.
“Por las condiciones climáticas el partido ha sido suspendido”, se escuchó por los altoparlantes a las 21.43, algo que motivó un enorme abucheo de parte de los presentes, que pronto comenzaron a abandonar sus lugares.
Jorge Bermúdez, integrante del Consejo de Fútbol de Boca, dijo minutos después: “Estamos tristes como toda la gente que hizo el esfuerzo por venir pese a las condiciones climáticas pero era muy difícil jugar. La verdad es que la cancha empeoraba, se veía con muchísima agua. Es lamentable, pero es una situación que tenemos que afrontar. Lleva mucho tiempo la cancha esperando que se haga el trabajo necesario para solucionar ese problema y estamos comprometidos en hacerlo”.
No es la primera vez que una tormenta trae complicaciones en un partido en la Bombonera: en agosto de este año, los problemas en el drenaje del campo de juego se hicieron evidentes durante un partido ante Argentinos Juniors que terminó 1-1 en medio de un temporal.
Desde el club han anunciado que a mediados de diciembre se levantará el campo de juego de manera total para hacer trabajos que incluirían la mejora del sistema de drenaje. A raíz de esto, habrá dos meses en los que Boca no podrá hacer de local en su estadio.
El duelo ante Newell’s será la última presentación de Boca ante su gente, dado que después del compromiso frente a La Lepra en La Bombonera, deberá enfrentar a Arsenal en Sarandí, para luego viajar a Santiago del Estero en busca de la gloria en la Copa Argentina.